Hay un sentimiento agónico que yo solo he sentido cuando me planto ante la vacuidad metafísica del folio en blanco que ahora es la vacuidad electrónica de la pantalla del ordenador en blanco y que, mutatis mutandis, es el vértigo que sentimos los juntaletras cuando  nos asomamos al brocal del pozo de las palabras y nos abismamos en ese vacío angustioso del qué escribir sobre qué tema manteniendo en público nuestro criterio, hoy que todo se lee y se critica y, sobre todo, cuando se dicen cosas con alguna sustancia y quienes se atreven a juzgarlo no la tienen (la sustancia, digo) en demasía.

Ese vacío obsesivo vertiginoso que nos atrae y nos repele a un tiempo alejándonos y acercándonos de la cuadratura del círculo que es la pantalla de nuestro ordenador.

Con todo, esta semana la tenemos buena porque el ocho es un día señalado e inconfundible para los granadinos: San Juan de Dios y el Día  Internacional de la Mujer Trabajadora, de modo que a quienes no nos pilla por un lado nos coge por otro, por “el  día del Loco” o por el día de las mujeres. O sea, entre la espada y la pared. Cierto es que para un aborigen de la Ciudad de los Cármenes no hay nada como lo suyo en el mundo entero (ni el agua, ni las habas, ni el jamón, ni el mosto, ni las mulas tordas, ni los zagales, ni las labores de fragua, ni el cobre, ni la zambomba, ni la taracea). Y según esa vara de medir, un santo loco y portugués, pero granaíno, es lo más grande del Cielo mientras que las mujeres ca una es de su roal y de su leche aunque aquí siempre las ha habío mu bonicas y hasta reales mozas. Y para rematar la cuadratura del círculo que nos abisma y nos ensimisma desde la pantalla del ordenador, la tablet o el smart phone, ahora se produce el intercambio constante de soportes y hasta el espectáculo carnavalero de que el soporte funcione como una máscara y acabe travistiéndose también de pantalla de ordenador en pantalla del televisor sobre la que podemos generar y modificar nuestros  propios textos y cruzarlos con los ajenos como un ménage à deux, à trois, à quatre, à cinque ou à tous y así sucesiva e interactivamente.

Y ahora volvemos al punto de partida, sentado como estoy ante el ordenador para rematar el artículo semanal con el que debo responder a los asuntos de actualidad de los que ya van tres (San Juan de Dios, Día Internacional de las Mujeres trabajadoras y la Final del Carnaval en Cádiz) solo que a estos tres argumentos se une un cuarto (la rifa de feria en que se han convertido los últimos acuerdos del Consejo de Ministros) que ya son muchísimos, para un artículo de un solo folio y más si cada argumento lo fragmentamos en los decretos relacionados con el lugar para el eterno descanso de los huesos de Franco, la nueva normativa sobre la cuantía de los alquileres, el desarrollo de las políticas de igualdad, anticipo ante la posible fiasco del brexit, etc.

Esperemos que Dios premie a quien trata de gobernar desde la honradez y certifique al alza las expectativas favorables del PSOE y el diagnóstico del CIS y confunda a los líderes de la derecha “trifálica” que bastante tienen con lo que tienen incluyendo la preocupación por arañar votos al contrario mientras ven al PSOE remontar sus expectativas. Ah, y el trueque del Prat por el de Aeropuerto Tarradellas (Ya soc aquí!) con evidente voluntad de concordia.

De donde se desprende lo absurdo de nuestra preocupación inicial. ¿Vertigo? ¿Horror vacui? ¿No será más bien todo lo contrario, no será horror pleni? Ojalá sea cierto y las urnas acaben llenas de votos constitucionalistas y de concordia por el bien de España y de Cataluña y se termine atendiendo a la queja de los gaditanos: Ay qué barbariades, / ahora tantas campañas electorales. / La gente no respeta / ni que estamos en Carnavales.