Buena noticia y un respiro para la compaía en crisis. El Juzgado de Sevilla encargado de este asunto ha concedido la prórroga demandada para ampliar hasta el 28 de octubre el plazo para presentar toda la documentación y adhesiones para su plan. De esta manera y por el momento se evita el concurso de acreedores.

En un auto, el tribunal homologa el acuerdo de refinanciación presentado la pasada semana, junto a la adhesión del 75% de la deuda, al entender que es necesario para la continuidad de la empresa y se enmarca en un ámbito de medidas más amplia. Esta autorización podrá ser recurrida por Abengoa, en el plazo de cinco días, o por los acreedores financieros que no se hubieran adherido al plan, en el plazo de quince días.

En busca de un plan de viabilidad
La homologación tendrá efecto una vez cumplido el plazo de recurso en caso de que no se presenten impugnaciones y, a partir de entonces, podrá empezar a aplicarse el plan de reestructuración. En el auto, el juez homologa el plan de la compañía al considerar que cumple los requisitos formales y materiales, ya que esboza posibles caminos para alcanzar la viabilidad del grupo. Además, "el acuerdo se enmarca en un plan de viabilidad que prevé la continuidad de la actividad empresarial", tanto desde el punto de vista financiero -señala prórrogas de deuda y renegociaciones imprescindibles para evitar el concurso- como industrial. En ese sentido, "no puede perderse de vista" que durante los últimos meses ya se han materializado algunas de las actuaciones previstas en el plan, como la concesión de líneas de liquidez, lo que constata que el documento recoge "expectativas ciertas" para el resto de hitos.

El auto también corrobora que Abengoa y sus filiales cuentan con el apoyo para solicitar la prórroga de los dueños de más del 75% de la deuda, muy por encima de los plazos legales -el 51% para la homologación y el 60% para la prórroga-. Algunas filiales alcanzan incluso el 100% de adhesiones.

Abengoa solicitó el preconcurso de acreedores en noviembre del pasado año, ante su elevado endeudamiento -en torno a 9.000 millones de euros- y falta de liquidez, con lo que se abría un plazo de cuatro meses para evitar el concurso. Desde entonces, inició negociaciones con sus acreedores que condujeron a un plan de reestructuración empresarial, financiera y accionarial para el grupo.

Una empresa de menor tamaño
Este plan diseña una empresa de menor tamaño, basada en la ingeniería y construcción, con grandes desinversiones que tendrá que realizar y que emplearía menos capital en sus proyectos. Asimismo deberá buscar entre 1.500 y 1.800 millones de euros de nuevos fondos y la conversión del 70% de la deuda en el 35 % del accionariado. El control de la compañía, con el 55% del capital, corresponderá a quienes aporten los nuevos fondos, mientras que los actuales accionistas verán reducida su participación al 5%.

Tras lograr este acuerdo, la compañía emprendió la búsqueda de adhesiones al plan, con el objetivo de lograr el apoyo de los dueños del 75% de la deuda, que es el mínimo exigido por la ley para dar por finalizada la fase de preconcurso.

Siete meses para buscar apoyos
El juez ha validado esta solicitud de espera, con lo que la compañía cuenta con siete meses adicionales para lograr los apoyos y reunir la documentación, algo que espera completar este mismo mes de abril. Además, con la homologación, la compañía puede empezar a trabajar en su reestructuración.