Ante una escogida audiencia de empresarios, ejecutivos, agentes sociales y periodistas, el presidente nacional de Ciudadanos, Albert Rivera, ha evidenciado este viernes que su discurso territorial y sus reproches a Pedro Sánchez por su alianza parlamentaria con el separatismo catalán tienen una excelente acogida en Sevilla.

Muchas cabezas asentían cuando escuchaban este viernes a Rivera referirse a la necesidad de “reconstruir el proyecto español” frente a quienes solo buscan “reconstruir la izquierda o la derecha”, o cuando hablaba del “pollo que le van a montar a Sánchez sus propios socios el día 21 en Barcelona”, fecha prevista para la celebración de un Consejo de Ministros.

Españolismo sin complejos

El españolismo sin complejos de Ciudadanos tiene buena venta en el sur, y Rivera está convencido de que le seguirá dando elevados réditos electorales en el resto de España. Aunque el 2-D no logró sobrepasar al PP y eso tal vez le cueste una Presidencia de la Junta que habría tenido segura de haber quedado por delante, las elecciones andaluzas han demostrado que la estrategia de Ciudadanos va por buen camino. Ha pasado de 9 a 21 diputados y ese resultado lo ha puesto en órbita en toda España.

El problema para Cs es que los andaluces también han puesto en órbita al partido ultraderechista VOX, que ha obtenido 12 escaños que PP y Cs necesitan para desalojar al PSOE de la Junta.

De hecho, VOX acaparó buena parte de las numerosas preguntas formuladas por el público y trasladadas a Rivera por Diego Suárez, director de Contenidos de la Cadena Ser Andalucía, que organizaba el desayuno con el patrocinio del grupo empresarial andaluz Azvi, especializado en la construcción de infraestrucutras públicas.

Nada contra VOX

En ninguna de sus evasivas respuestas se le pudo oír a Rivera ni el más mínimo reproche al partido ultraderechista. Ni siquiera cuando se le preguntó qué opinaba de que el vicepresidente primero de VOX haya sido condenado por “irregularidades contables relevantes”, según desvela hoy el diario El País.

Aunque suele jactarse de ser claro para que todo el mundo le entienda, en lo referente al partido de extrema derecha no lo fue en ninguna de sus respuestas, tal vez porque el día anterior había irritado al presidente del VOX, Santiago Abascal, al calificar en Bruselas de “populista” a su partido y proclamar que no iría "de la mano" con él a ninguna parte.

Además de hacerlo con el PP, Rivera no niega que vaya a entenderse con VOX, pero sí insiste machaconamente en que prefiere gobernar “con los constitucionalistas y no con los populistas”. ¿Pero cómo sería ello posible, si los votos de VOX son imprescindibles para configurar una nueva mayoría alternativa?

Mirando al PSOE

La solución de Rivera es que el PSOE actúe “responsablemente” y “no bloquee” el cambio: bastaría con su abstención ante una investidura apoyada por los 47 escaños de PP y Cs para que los votos de VOX no fueran necesarios. "¿Será capaz Susana Díaz de hacerlo o hará lo que le digan Pedro Sánchez y Pablo Iglesias?", se preguntó con malicia el líder naranja.

Una y otra vez insistía Rivera en lo mismo: si el PSOE quiere parar a la extrema derecha, que permita un Gobierno del cambio formado por PP y Cs. Los naranjas temen que su virtual llegada a la Junta gracias a VOX les acarree serios problemas con sus homólogos liberales europeos y también con sus votantes en las municipales y autonómicas de mayo.

Juanma y Bárcenas

Además de serlo y mucho con los socialistas, a quienes envió sin contemplaciones a la oposición, Rivera también fue severo con el PP, y en particular con Juanma Moreno, sobre cuyas aspiraciones a presidir la Junta de Andalucía dejó caer el líder catalán este jarro de agua fría: “Imagínense que ponemos en marcha el Gobierno y al señor Moreno, por la Kitchen, por Bárcenas o por lo que sea, lo vemos declarando en los juzgados o su partido vuelve a ser condenado por Bárcenas. Después de lo de los ERE, sería tela".

El aviso a navegantes debió saber a cuerno quemado en la sede popular de la calle San Fernando de Sevilla, donde se multiplican las aprensiones ante un socio que está resultando bastante más escurridizo de lo que los negociadores conservadores habían supuesto.

En cuanto a los planes de Ciudadanos para Andalucía, Rivera reiteró los ejes programáticos ya conocidos: regeneración y transparencia institucional, supresión de aforamientos, auditoría de la gestión socialista, reducción de impuestos, apuesta por la educación, la innovación y el empleo de calidad y reducción de políticos en puestos de gestión para ser sustituidos por profesionales. "Yo vengo a hablar de políticas, no de políticos", remató Rivera con una frase que hizo las delicias de la entregada audiencia.