VOX vendría a ser algo así como el pariente rico aunque atrabiliario del que todos esperan heredar, pero al que nadie quiere presentar en sociedad. Quieren su herencia pero no su compañía.

El patrimonio andaluz del partido ultra son 12 valiosísimos diputados, imprescindibles para que PP y Ciudadanos puedan consumar el cambio político en Andalucía tras 36 años socialistas. Sin embargo, ninguno de los dos desea que se les asocie a un partido con cuyos homólogos europeos las derechas convencionales del continente no quieren saber nada.

“Esa persona de la que usted me habla”. Aunque los dirigentes de PP y Cs no utilicen la célebre expresión usada por Mariano Rajoy en 2014 cuando fue preguntado sobre Rodrigo Rato, acosado entonces por el escándalo de las ‘tarjetas black’ de Caja Madrid, el modo extremadamente cauteloso en que azules y naranjas verbalizan su vinculación con VOX recuerda al del expresidente con el exministro de Aznar.

La cautela de ‘los Juanes’

Los líderes de estas dos formaciones, Juanma Moreno y Juan Marín, no dicen la frase “ese partido del que usted me habla”, pero lo cierto es que cuesta arrancarles el nombre de VOX asociado a sus siglas. ‘Los Juanes’ actúan como si no necesitaran al pariente ultra para heredar la Junta.

En la mesa de negociación solo están PP y Cs, repiten una y otra vez los dirigentes naranjas, con Albert Rivera a la cabeza. “VOX tendrá que decidir si quieren salvar a la señora Díaz, pero Cs no negociará con ellos”, decía anoche Marín en una televisión local.

Rivera iba un poco más lejos hoy en Bruselas llamando “populista” a VOX y prometiendo no ir de su mano, aunque, eso sí, eludiendo cuidadosamente cualquier reproche directo que pudiera irritar a la picajosa formación de Santiago Abascal.

Artillería socialista

Todo lo contrario que el PSOE, que está focalizando toda su artillería dialéctica en el virtual tripartito derechista: si no puede pararlo, al menos debe intentar publicitarlo.

El vicepresidente de la Junta, Manuel Jiménez Barrios, hurgaba en esa herida reclamando al PP y a Cs "que dejen de hacer el paripé" con su supuesta negociación bilateral: "No pueden formar gobierno sin el apoyo de VOX". Albert Rivera, recalcaba Jiménez Barrios, “tiene que decir a los andaluces que para formar un gobierno que desaloje al PSOE de la Junta tiene que conformar una mayoría con un partido ultraderechista como es VOX".

En la misma línea, el secretario de Organización del PSOE, Juan Cornejo, remachaba este jueves que "Andalucía está en manos de la ultraderecha porque sin sus votos no hay Presidencia del Gobierno ni del Parlamento andaluz".

“En el sentido que usted manifiesta”

Mientras, el PP se atiene a su hoja de ruta. Esta misma mañana, la número dos del PP andaluz, Loles López, era preguntada en Canal Sur TV sobre una posible negociación con VOX y respondía yéndose por las ramas: "Cada formación puede actuar libremente y tomar decisiones libremente; nosotros tenemos una voluntad de acuerdo para formar gobierno con Ciudadanos, pero sí es cierto que hablaremos con todos".

También hoy, en declaraciones a Onda Madrid, la vicesecretaria general de Comunicación del PP, Marta González, se limitaba a admitir que VOX "esta ahí" y el PP deberá "tenerlo en cuenta" pero "nada más". Al igual que sus compañeros andaluces, González rehuía nombrarlo: a la pregunta de si había riesgo de radicalización del PP andaluz por aliarse con VOX, la vicesecretaria contestaba que “no hay ningún problema en el sentido que usted manifiesta”.

7 sillas para una Mesa

La primera negociación que PP y Cs tendrán que afrontar con VOX, les guste o no, sentado de un modo u otro al otro lado de la Mesa será la de la composición de la Mesa del Parlamento, de cuyos siete miembros la mayoría de derechas quiere asegurarse cuatro. Que uno de esos cuatro miembros sea o no diputado de VOX, lo decidirá el partido ultraderechista: si quiere estar, estará.

Si lo quiere, PP y Cs no podrían negarle ese puesto al partido que tiene en sus manos la llave de San Telmo. Otra cosa es que VOX renuncie a tener voto en la Mesa del Parlamento –han repetido que ellos no quieren “sillones”– y prefiera cobrarse en otro tipo de moneda su apoyo a la investidura de Juanma Moreno o Juan Marín.

El Reglamento del Parlamento y una sentencia de 2017 del Tribunal Constitucional a instancias del PP dan la opción de formar parte de la Mesa con voz pero sin voto.

Condenados a entenderse

La líder de Podemos, Teresa Rodríguez, ha dicho que hará todo lo que esté en su mano para impedir que VOX ocupe plaza en el órgano de gobierno del Parlamento.

Mientras, en Izquierda Unida, el otro partido de la confluencia Adelante Andalucía, se muestran más cautos, aunque advierten que hablarán con todos los partidos “salvo con VOX”. Es también la posición del PSOE.

Adelante Andalucía y el PSOE necesitan entenderse a toda costa para que la mayoría de derechas no cope la Mesa. Los socialistas acarician la posibilidad de endulzar su amarga derrota del 2-D conservando la Presidencia de la Cámara, pero sus opciones de conseguirlo son muy remotas. La mayoría conservadora –59 escaños frente a 50– tiene pocos incentivos para ceder a la izquierda un puesto tan vistoso.