La Feria de Abril de Sevilla, liberada de los lastres y miedos de la pandemia, concluía el día 30 coronándose como “la Feria de los récords”. En un evento pagano y de carácter festivo, la objetividad va y viene, al compás de las sevillanas. Por eso, desde el Ayuntamiento esgrimen datos contundentes para respaldar su triunfalismo: 930 millones de euros de impacto económico y récords de afluencia y consumo.

Según el consistorio, el gasto en el real ha crecido un 40%, la ocupación hotelera rebasó el 92% durante el fin de semana y la utilización del transporte público aumentó un 14%. Sin embargo, la “Feria de los récords” es también objeto de debate. A pesar del color especial de Sevilla y de que en Sevilla hay que morir, todo lo que ha sucedido en el real –el recinto en el que se celebra la Feria– arroja una versión menos alegre y deslumbrante.

Para el candidato del PP a la alcaldía de Sevilla, José Luis Sanz, la Feria empieza a mostrar “síntomas de agotamiento”. El opositor señala la falta de espacio y de inversiones y la excesiva duración del festejo, “soy partidario del lunes del alumbrado para no tener un Real vacío al mediodía, un paseo de caballos más corto y una Feria semivacía a partir del jueves”.

Sanz reabre un debate con claras connotaciones políticas, ya que, tras referéndum en 2016, la Feria de Abril extendió su duración para ocupar dos fines de semana. Eso alteró una tradición que establecía que la Feria empieza el lunes del pescaito y concluía el domingo con los fuegos artificiales, lo que para “feriantes de toda la vida” es incómodo. La ampliación a dos fines de semana fue una de las primeras y más notorias medidas de Juan Espadas, el anterior regidor del PSOE en la capital de Andalucía.

En una línea similar se posiciona el candidato de Ciudadanos, Miguel Ángel Aumesquet, que propone la creación de una mesa de trabajo para replantear el modelo actual de Feria, ya que la Feria con dos fines de semana se hace “demasiado larga para muchos sevillanos”. 

Por su parte, los empresarios celebran los récords y las ganancias. Según el presidente de la Asociación de Hosteleros de Sevilla y Provincia, Alfonso Maceda, “todos los indicadores apuntan a un aumento del 12% en asistencia y un impacto económico superior al previsto”, pero lamenta que las ganancias se reparten de manera desigual por la ciudad, inequidad doble, al tratarse de dos fines de semana.

Lunes de resaca y carrera electoral

El lunes después de Feria es también conocido como el “lunes de resaca", en este caso, viene acompañado del continuo aparecer de positivos en test por COVID en los grupos de WhatsApp. Además, este año, la resaca no está exenta de la carrera electoral.

La pausa en la contienda política de uno de los mayores festejos nacionales se desvanece mientras se desmonta la ciudad efímera de luces y baile de más de 400 mil metros cuadrados. El alcalde de Sevilla, Antonio Muñoz, responde a las críticas de la oposición destacando la escasez de incidentes importantes y los resultados superlativos “en todos los sentidos”  que, “a pesar del calor, ha supuesto una muy importante inyección económica para la ciudad”.

Las críticas al nuevo modelo de Feria señalan que el evento es cada vez más un modelo nocturno que tiende a la juerga. Este 2023 muchas casetas estaban a reventar pasadas las 4 de la madrugada, en contraste con la quietud de las 4 de la tarde; pero el calor no se puede ignorar: según Aemet, también esta Feria es de récord por el calor,con un máximo histórico de 36,4º en abril.

Muñoz presenta los 930 millones de impacto económico. Por comparar, se acercan a los 1.100 millones de euros de presupuesto municipal de toda la ciudad, por ejemplo. La Feria es un argumento de vigor y recuperación económica. Solo para su instalación y mantenimiento las empresas municipales cuentan con 400 empleados específicos.

Pero mientras el Ayuntamiento tira de cifras contantes y sonantes, la oposición tira del aspecto emocional e identitario con otra visión: la Feria puede morir de éxito y terminar por perder su esencia. La nostalgia de las fiestas de antes eran mejores. La disparidad entre los datos de afluencia –de “récords”– y de percepción –la Feria “está semivacía”– que representan PSOE y PP con Ciudadanos es una cuestión de relato político.  

La Feria de abril, como uno de los mayores eventos nacionales y como un motor económico y de sello de identidad sin igual no escapa a las saetas electorales. Mientras, los feriantes de siempre y también los eventuales tratan de subsanar su resaca y su bolsillo tras una de las ferias más caras que se recuerdan.