De las distintas acepciones que el Diccionario de la Real Academia recoge de la palabra ‘torear’, dos de ellas parecen describir lo que PP y Cs le hicieron ayer a Vox en el Parlamento. Además de lidiar toros en una plaza, para la RAE ‘torear’ es “entretener las esperanzas de alguien engañándolo” y es también “conducir hábilmente un asunto que se presenta difícil o embarazoso”.

En efecto, ambos grupos propiciaron con su abstención la derrota de la propuesta de resolución presentada por Vox –y votada negativamente por PSOE y Adelante– que pretendía que el Parlamento instara “al Consejo de Gobierno a respetar y cumplir el contenido y las conclusiones de las auditorias encomendadas sobre el sector instrumental, y que controle, y dé cuenta, de manera exhaustiva de cada céntimo de euro que se recauda de los andaluces”.

Los términos del pacto

La realización de “un plan de auditorías específicas sobre el sector instrumental” era el punto 16 de los acuerdos alcanzados por Vox con el PP y Cs en junio de 2019 como condición para que el partido ultra apoyara los Presupuestos del año siguiente. El punto 17 del pacto comprometía al Gobierno andaluz a “afrontar de forma decidida la reordenación efectiva del sector público instrumental”.

Aunque las resoluciones aprobadas por el Parlamento en el Debate sobre el estado de la Comunidad no obligan, sino que simplemente instan al Gobierno andaluz a cumplirlas, Vox se habría apuntado un tanto político importante si los dos partidos del Gobierno hubieran secundado una iniciativa cuyo objetivo último es que las auditorías –una de las grandes apuestas de Vox– no queden en papel mojado.

Resoluciones inocuas

PP y Cs dieron su visto bueno a 32 de las 35 propuestas de resolución presentadas por Vox, aunque la mayoría de ellas son tan genéricas y ‘buenistas’ que apenas comprometen al Gobierno de Juan Manuel Moreno.

Además de la referida a las auditorías, las dos restantes de Vox que no salieron adelante porque PP y Cs no las respaldaron fueron estas: una que instaba al Gobierno a “incorporar un amplio sistema de beneficios fiscales para las familias, en especial las numerosas” y otra que proponía “crear una Mesa de Desequilibrio Provincial que permita corregir los desequilibrios existentes entre las distintas provincias”.

Es verosímil suponer que el Ejecutivo de Moreno tema que las conclusiones del plan de auditorías ya en marcha incluyan un volumen significativo de despidos. Desde Vox se llegó a especular extraoficialmente que en el sector instrumental de Andalucía sobran unos 10.000 empleados públicos.

Atrapado sin salida

Aunque los diputados Alejandro Hernández y Manuel Gavira, en sus intervenciones durante el Debate del estado de la Comunidad, deslizaron algunas amenazas lo bastante genéricas como para no poner a Vox en una situación humillante si San Telmo hiciera oídos sordos, los diputados ultraderechistas son plenamente conscientes de que para ellos “no hay otra alternativa” que seguir respaldando al Ejecutivo de PP y Cs.

El propio presidente del PP, Pablo Casado, explicitaba esta mañana con crudeza en el Congreso de los Diptuados el escaso margen de maniobra de Vox. Los gobiernos municipales y autonómicos que lidera el PP, ha dicho Casado, no van a ser "rehenes" de Vox, que no es su socio de gobierno, sino que sólo apoyó la investidura: "¿Que querían? ¿Que gobernara Susana Díaz en Andalucía o Manuela Carmena en Madrid?".

Y no menos conscientes del callejón sin salida en que está atrapado Vox son los partidos del Gobierno, que no están dispuestos a dejarse arrastrar por sus socios ultras a compromisos que pongan en riesgo el perfil moderado que Moreno intenta labrarse y del que dependen en gran medida sus opciones de reelección.