La lógica de quien amenaza se viene estrepitosamente abajo cuando el amenazado constata con alivio que el amenazador no hace realidad las amenazas que ruidosamente había aireado a voz en grito.

Esa es la situación hoy del portavoz de Vox en el Parlamento de Andalucía, Alejandro Hernández, que ha vuelto a exigir un adelanto electoral con el pueril argumento de que la estabilidad del Gobierno andaluz está en peligro por la presencia en él de Ciudadanos, como si este y el PP no hubieran suscrito la semana pasada un solemne acuerdo comprometiéndose a agotar la legislatura.

Hernández se ha mostrado particularmente agresivo con Cs, a cuya consejera de Igualdad ha acusado incluso de haber urdido en Madrid una moción de censura con el PSOE. Nadie en la Cámara le ha echado mucha cuenta a la inverosímil 'revelación' de Hernández. Como tampoco se la ha echado el presidente Juan Manuel Moreno, que ha vuelto a descartar un adelanto electoral porque confía en la "honestidad y el compromiso" de sus socios naranjas.

Las bravuconadas de Hernández han dejado de inquietar al presidente después de que, la semana pasada, el líder nacional de Vox, Santiago Abascal, dejara meridianamente claro en Sevilla que su partido no retirará su apoyo parlamentario al Gobierno andaluz.

¿Ni siquiera en el caso de no implantar el pin parental?, le preguntaron. Ni siquiera, dijo Abascal. La pegunta era pertinente porque Hernández llevaba semanas amenazando con no apoyar ni una sola iniciativa del Ejecutivo si este no implementaba el veto parental en las escuelas. Hernández no ha repetido hoy su amenaza.

Para sostener su extravagante tesis de que Cs traicionará al PP, Alejandro Hernández se ha agarrado al clavo ardiendo de que, tras mirar mucho, no ha podido encontrar en la página web de la Junta ni en las de PP y Cs el acuerdo de ratificación del pacto de gobierno, suscrito la semana pasada. "Como si quisieran ocultarlo", ha dicho para, a continuación, repetir una vez más que Cs "no es un socio fiable".

En su intervención, Moreno le replicaba que el "mayor error" que podría cometer cualquier dirigente sería un adelanto electoral por razones que no estén motivadas.

Por lo demás, el presidente ha recalcado lo que en la Cámara es vox populi para todo el mundo salvo, al parecer, para el portavoz de Vox: que él adelantaría las elecciones si se rompiera el acuerdo de gobierno con Cs o dejara de contar con el apoyo de Vox y no tuviera una mayoría suficiente, algo que no sucede actualmente. De hecho, así se lo han garantizado tanto Juan Marín como Santiago Abascal: "No se dan esas circunstancias y no se van a dar a lo largo de la legislatura".