Jueves, 8.45.- Hace 75 años que Hitler se pegó un tiro. Bajan un porrón los muertos. Ducha estimulante. Y mira que a mí la estadística…

Jueves, 11.30.- Cita real. Con persona. En un edificio fantasma que si las fechas fueran las de “antes” (nunca pensé que antes se pudiera entrecomillar), albergaría a mil seiscientos eficientísimos trabajadores públicos. El segurata con uniforme de la puerta es en realidad un blandito y hace poesía/nostalgia, mientras escribe mi dni: como ya no viene nadie, acribillado por el vacío. Y de pronto él, más bien con beige y peinadito, me explica: soy servicio esencial, jefe de mantenimiento. Tengo su teléfono. Se llama Eduardo. Es perfecto para que nada bueno ni para que nada malo ocurra.

Jueves, 11.33.- Alguien se ha dejado una rebequita en el respaldo de la silla del ordenador de una de las tres millones de plantas de los mil seiscientos funcionarios. Ternura y mosqueo. Ternura por el olvido. Mosqueo porque la rebequita olvidada es que sabe (y yo sé que sabe) que va a volver.

Jueves, 12.42.- Nada, el periodismo de ahora, que me sigue tocando el regocijo. Bill Gates, dicen en la radio, se acaba de comprar la casa más cara de San Diego. Noticia  sería que se hubiera comprado un apartamento (tito) en Matalascañas y que los chiquillos se subieran en el ascensor con la arena de la playa en las chanclas. Cinco columnas, paren las rotativas...

Jueves, 13.12.- Se muere un médico en Úbeda en el tajo y además ni se acercaba de lejos al target de las residencias de ancianos. Gran profesional, dicen sus cercanos y sindicatos. Venezolano. Me entran las dudas abascales: ¿muerto bueno con papeles o muerto malo por sudaca?  

Jueves, 14.02.- Otro golpe de periodismo de investigación: el pequeño comercio sufre su mayor caída de todos los tiempos. Y se publica.

Jueves, 16.07.- Hoy la discusión no ha existido. Mi altocargo le ha dicho a sus niños grandes: si me mandáis a una residencia… Silencio y silencio.

Jueves, 18.02.- Cuando los ricos reclaman con denuedo la libertad de elegir el colegio de sus hijos, la traducción correcta es: tache libertad, ponga dinero. A los pobres la libertad les sirve para que se den cuenta de que tienen la libertad no tenerla. Cada día más concertados ricos, cada día más públicos pobres.

Jueves,18.14.- Cuando las derechas de los barrios bendecidos por Dios se ponen las (tan inelegantes) mascarillas no lo hacen para proteger a los demás. Lo hacen para protegerse de los demás.

Jueves,18.21.- Aznar, que se le ve que nunca será feliz el pobre ni con este chico Casado, tan perlimplim, apeló a la libertad de fumar (en mi pueblo diríamos nipollas)  cuando empezaron las prohibiciones del tabaco en los sitios públicos. Es un ataque a la libertad, dijo. De nuevo aquí, puede tachar libertad y poner dinero, incluso sobrevenido.

Jueves, 19.01.- Dice el Gobierno: bares a media asta. Dicen los empresarios: no me salen las cuentas. Dice el Gobierno: responsabilidad. Dicen los empresarios: libertad. Siempre dicen libertad cuando quieren decir dinero.