La frase que titula esta crónica es del ex Defensor del Pueblo José Chamizo y tiene la virtualidad de que, sin pretenderlo, resume bastante bien ese laberinto político de nuestro tiempo del que la izquierda intenta encontrar una salida colectiva. Todas las izquierdas están de acuerdo es que es preciso recuperar la soberanía popular perdida, pero ninguna de ellas sabe muy bien cómo hacerlo.

De todo eso se habló en la fría noche de ayer en Sevilla en una mesa mesa-coloquio donde, bajo el título de ‘Antídotos de la izquierda contra el neofascismo’, estaban convocados a la búsqueda de contravenenos los siguientes ‘facultativos’: Teresa Rodríguez, coordinadora de Podemos Andalucía; Antonio Maíllo, coordinador de IU Andalucía; Lina Gálvez, catedrática de Historia e Instituciones Económicas; José Chamizo, ex Defensor del Pueblo Andaluz; y Antonio Hurtado, diputado del PSOE al Congreso por Córdoba.

Territorio Podemos

El acto lo organizaba el periódico La Marea y el lugar elegido fueron las naves techadas de uralita de ‘Tramallol’, un espacio en el casco histórico de Sevilla inspirado en "la cooperación horizontal y la búsqueda de formas de gestión económica y cultural alternativas". En principio, pues, ‘territorio Podemos’ mucho más que ‘territorio PSOE’, y así lo certificaron los sucesivos aplausos y reproches del público asistente. El socialista Hurtado estaba, naturalmente, enterado del sesgo ‘comanche’ de la reserva Tramallol, pero calcularía que en peores garitas había hecho guardia y que tampoco sería para tanto. Y, en efecto, tampoco fue para tanto.

Moderado por la periodista Olivia Carballar, el coloquio no fue exactamente un coloquio pero tampoco una sucesión de monólogos en sentido estricto: se trató más bien un diálogo subterráneo, un intercambio colateral de ideas. Fue una batalla oblicua que solo esporádicamente se convirtió en frontal, como cuando Antonio Maíllo tensó su arco frente al congresista Hurtado y disparó esta inesperada flecha: “Antonio, ¿qué votaste como senador cuando se decidió cambiar el artículo 135 de la Constitución?”

Una herida en el hombro

El cordobés alzó presto su escudo para defenderse –“Esa pregunta es demagogia, la deuda hay que pagarla, la reforma constitucional no ha perjudicado a la gente…”– pero el dardo logró rozarle el hombro, nada grave, solo un rasguño, pero de algún modo esa herida cambió el sesgo abstracto de la noche y bajó el debate al barro parlamentario donde las dos izquierdas se sienten tan a gusto desde hace más o menos cien años.

A esas alturas del coloquio, mientras el cura Chamizo intentaba no dormirse, algo decepcionado porque allí no se hablaba de los barrios donde los pobres nativos y los pobres inmigrantes se reparten las migajas del Estado del bienestar, la profesora Gálvez terciaba en el cuerpo a cuerpo de los dos Antonios reconduciendo de nuevo el coloquio hacia las cumbres de la abstracción: “La deuda conlleva intereses desorbitados, ese es el negocio de la banca, con la complicidad del Banco Central Europeo. El problema –recalcaba la docente de la Universidad Pablo Olavide– es que no tenemos la soberanía que creíamos tener, la democracia ha sido derrotada”.

El debate sobre el debate

La noche concluyó con un notorio ascenso de la temperatura ambiental cuando, al término de las intervenciones oficiales, varios asistentes del público se quejaron de que los cinco miembros de la mesa habían acaparado el acto sin dejar hablar a la gente. “Este era el formato pactado”, se defendía la moderadora, aunque no pudo frenar esa controversia tan de la izquierda que es ‘el debate sobre el debate’.

El también profesor Joaquín Urías, desde el público, sintetizaba la situación de esta manera: “Este acto es una metáfora de lo que nos pasa, de lo que le pasa a la izquierda”. El congresista herido de carácter leve no pudo escuchar la sentencia de Urías: su tren a Córdoba se le iba y tuvo que marcharse antes de terminar el coloquio.

Sea como fuere, la noche valió la pena. Pudieron escucharse cosas interesantes, ideas sugerentes, diagnósticos certeros. Eso sí, antídotos, pocos. He aquí un resumen de las intervenciones.

José Chamizo

“En los barrios hay una lucha larvada entre pobres. Empieza en 2001 con los sucesos de El Ejido entre nativos e inmigrantes, con preguntas como estas: ¿nos van a invadir?, ¿vamos a perder las ayudas, las plazas escolares, el trabajo?”

“No se está trabajando en clave antifascista en los barrios. Recordemos: en los años 30 el fascismo vino de arriba, pero también de abajo. La verdad es que hoy la soberanía popular está fatal".

“Todo eso que decís está muy bien pero en los barrios la gente sigue votando al PP. La izquierda no está trabajando en los barrios, ha cedido el terreno a las ONG o a espacios como este”.

Antonio Hurtado

“América y Europa, como referentes de la libertad política, la esperanza económica o el Estado del bienestar ya no son lo que fueron. El fascismo de los años treinta estaba alimentado por el miedo al comunismo y a la crisis económica, como lo está ahora por el miedo al yihadismo y a la crisis económica”.

 “No es casual que en toda Europa haya movimientos antifascistas, pero nuestra respuesta no puede ser el populismo ni la demagogia”.

Lina Gálvez:

”Hoy amplias capas de la población no tienen esperanza”.

“Se ha hecho realidad aquel objetivo que se propuso Margaret Thatcher en los 80: cambiar el alma de las personas”.

“La globalización no es invencible, ya fue derrotada en la I Guerra Mundial. ¿Servicios sociales? Claro, pero solo son posibles en el marco del Estado nación, y a costa de la desposesión de otros más débiles. La izquierda no tiene resuelta esa contradicción”.

Antonio Maíllo

“Trump no llega de pronto, viene de la construcción, desde los años 80, de un modelo neoliberal que se activa cuando el capital se da cuenta de que ya no necesita el acuerdo. ¿Y cómo hemos llegado hasta aquí? Por la incapacidad de la izquierda para impugnar el neoliberalismo”.

“Hoy somos un país roto socialmente roto, con independencia o sin independencia de Cataluña”.

 “Es precisa la construcción de un poder popular. Lo demás no vale. En la izquierda estamos sesteando mientras la fortaleza está siendo asediada. Si hubiéramos ganado el 26J habríamos durado dos editoriales (ya sabéis de quién) porque sin esa base popular, que no teníamos, no se puede hacer nada”.

“El sistema no soporta ser impugnado por una fuerza política que tenga más allá del 10-15 por ciento, por eso la respuesta a Podemos está siendo la que está siendo: ¡a degüello!”

Teresa Rodríguez

“El 51 por ciento de la población andaluza está en riesgo de exclusión, ¿decir eso es demagogia y populismo? ¿La culpa es de quien denuncia que las cosas van mal?”

“En la gestión de la crisis de los refugiados, hay una xenofobia institucional en la UE. ¿Las concertinas las colocó el populismo? La gente tiene miedo, nostalgia, desesperanza, resentimiento… La solución no es fácil, pero no puede ser la que se ha dado”.

“¿Que por qué no han triunfado los neofascismos y la extrema derecha en España? Porque existió el 15M".