¿Debería estar “agradecida de alguna manera” la Junta de Andalucía por recibir 2.100 millones del fondo de 16.000 habilitado por el Gobierno central para ayudar a las comunidades autónomas a restañar las profundas heridas ocasionadas por la pandemia?

Aunque el verbo 'agradecer' tal vez no sea el más afortunado, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, piensa que sí.

Todo lo contrario que la Junta de Andalucía, que no solo opina que no hay motivo alguno para el agradecimiento, sino que está convencida de haber sufrido un nuevo agravio del Gobierno de España porque este ha repartido ese dinero sin atender suficientemente al criterio de población. Un criterio, se repite una y otra vez desde el palacio de San Telmo, que siempre fue el defendido por los socialistas para diseñar los sucesivos modelos de financiación autonómica.

Estrategia frentista

En un encuentro telemático organizado hoy por la cadena SER y la empresa E-IN Digital, Montero ha defendido que, “del mismo modo que estamos pidiendo a Bruselas más dinero para los países que han sufrido un mayor impacto de la pandemia, y no para los que tienen más población, no tendría sentido hacer algo distinto con los 16.000 millones; es más, si en Andalucía el impacto de la covid-19 hubiera sido mayor, el Gobierno andaluz habría reclamado que se diera más peso a los indicadores sanitarios”.

¿Por qué entonces las quejas de la Junta?, le preguntaron a Montero. Porque el Gobierno andaluz, dijo, está haciendo política desde una estrategia “frentista”. Los reproches de maltrato son infundados porque “las propias previsiones de gasto sanitario de la Junta han sido superadas por el Gobierno: primero hablaron de 1.700 millones, que luego subieron a 1.800, pero el fondo del Gobierno les va a aportar 2.100 millones, además de los 1.500 millones por la actualización de las entregas a cuenta y de los 1.068 millones de Fondos Europeos que la Junta podrá destinar a su factura sanitaria”.

"Alguien tiene que explicar..."

Pese a esas cifras y argumentos, el portavoz del Gobierno andaluz y consejero de Presidencia, Elías Bendodo, lo tiene claro: no descarta “ninguna vía” para reclamarle al Ejecutivo central un total de 800 millones, además de los 2.100, porque “le corresponden a Andalucía, según su peso poblacional”.

Bendodo sacó a relucir la cantidad que recibirá Cataluña, como prueba del agravio que estaría sufriendo Andalucía: "Alguien tiene que explicar que Cataluña reciba 1.000 millones más cuando tiene un millón de personas menos viviendo allí".

Significativamente, el avispado portavoz gubernamental no mencionó a Madrid, pese a ser la comunidad que recibirá más dinero siendo su población inferior no ya a la de Andalucía, sino también a la de la Cataluña, cuyos cerca de 3.200 millones tanto agravian al Ejecutivo de PP y Cs.

En efecto, del fondo de 16.000 Madrid recibirá 3.400 millones, con una población de 6,6 millones de habitantes, frente a los 8,5 millones de Andalucía, que recibirá 2.100 millones, o los 7,7 millones de habitantes de Cataluña, que recibirá 200 millones menos que Madrid pese a tener 1,1 millones más de habitantes.

Se mire como se mire, le resultaría muy difícil a Bendodo sostener en un debate público sus argumentos sin que sus adversarios le recordaran lo que el reparto gubernamental parece revelar: que, aun habiendo dado finalmente a la población un peso porcentual del 35 por ciento, el criterio principal de distribución del dinero ha sido el impacto de la pandemia, de mucho mayor alcance en Cataluña o Madrid que en Andalucía, y por eso entre las dos comunidades absorberán el 41 por ciento del total del fondo.