Que la programación del Festival Starlite Catalana Occidente tiene nivel, nadie lo duda. Que ya es una de las grandes atracciones musicales del verano, tampoco se cuestiona. Pero al mismo nivel que esos elementos positivos caracterizan al evento, también la polémica y las acusaciones le rodean desde su nacimiento. Un origen que se vincula estrechamente al mandato de la actual alcaldesa, la popular Ángeles Muñoz. De la misma forma los intentos por poner orden y hacer cumplir la ley a Starlite, evitando favoritismos que perjudicasen a otras empresas de la noche marbellí, la seguridad y el respeto a la norma, se relacionan con el PSOE y las distintas iniciativas de quien fuera su alcalde en parte del mandato anterior, el socialista José Bernal. Un intento para que tuvieran similar trato y obligaciones que el resto de las empresas de ocio que le costaron duros enfrentamientos con la empresa y críticas del entonces PP en la oposición.

Y es que la polémica que genera el Festival durante este verano comenzó cuando se analizó el hecho de que si en plena época estival de amenaza Covid y peligros de rebote, acontecimientos multitudinarios como este son recomendables o deberían de reinventarse bajo otras fórmulas o si las medidas de seguridad están siendo suficientes. Hablamos de un público amplísimo en vacaciones, con amplia movilidad geográfica y con un estado anímico desinhibido en un lugar que, hasta hace pocos días, combinaba conciertos, baile, copas y bar en la noche marbellí. Un tema acrecentado en su preocupación si se tiene en cuenta el grado de afectación del Covid en la provincia de Málaga.

De polémica en polémica

Starlite ya provocó que Marbella saliese negativamente en todos los medios nacionales tras el controvertido concierto de Taburete y que causó una gran indignación al no cumplirse las medidas de seguridad relacionadas con el coronavirus, como se pudo comprobar en fotos y vídeos. Media España pudo ver como parte del público no llevaba puesta las mascarillas, así como el incumplimiento de las distancias de seguridad establecidas en este tipo de eventos. Y la otra media España se indignó al oír al vocalista del grupo, Guillermo Bárcenas, gritar “¡Ni una puta mascarilla!”.

En esa línea de estar enclaustrado en la polémica, ahora viene de la mano de un rostro conocido de los programas de la prensa rosa, el de Marta López. La habitual tertuliana asistió a uno de los conciertos de Starlite donde se la pudo ver en un reservado, sin mascarilla y acompañada de varias personas no convivientes. López ha dado positivo en coronavirus y todo indica que el contagio se ha hecho extensivo a distintos colaboradores y presentadores de programas de Mediaset. La cadena ha decidido prescindir de ella por su “actitud públicamente irresponsable… al no mantener la rigurosa conducta que todo ciudadano debe cumplir para superar la crisis sanitaria provocada por la COVID-19”  y que exige esta cadena.

Un festival para pudientes

Las polémicas de ahora tienen raíces de antaño. Fue durante el mandato de Ángeles Muñoz (PP), en 2012, cuando nació el Festival de Música Starlite. Un evento que desde entonces se celebra cada verano en la cantera de Nagüeles, un anfiteatro de roca al aire libre, en la "milla de oro" marbellí. Con un alto precio de sus entradas, parece reservado a buena parte de la jet society que veranea en la Costa del Sol. No nació ni creció para ser un festival del pueblo de Marbella sino a una élite pudiente

¿Juega Starlite a ser un poder fáctico?

La empresa del Festival ha logrado concitar poder real reuniendo anualmente a destacados políticos, empresarios, deportistas y mucho famoseo. Ello, unido a los obvios intereses económicos de sus propietarios, originaron un fuerte enfrentamiento de la empresa promotora con el Ayuntamiento de Marbella que gobernaron en el mandato anterior y quisieron acabar con los privilegios de los que gozaba con el PP. ¿Juega Starlite a ser un poder fáctico?

Starlite amenazó a al alcalde con irse a otro lugar y trabajadores le hicieron un escrache

Este pulso se manifestó en el chantaje de la empresa al advertir a los socialistas que se estaban planteando trasladar el festival a otra ciudad por una supuesta "actitud obstaculizadora del gobierno local". Entre otras razones, la empresa alegaba que se le impedía abrir la zona 'lounge' todos los días hasta las 6 de la mañana, una actividad de copas y baile que se desarrolla tras los conciertos. O sea que si el Ayuntamiento no dejaba a Starlite funcionar también como una discoteca al aire libre y hasta altísimas horas de la madrugada, el festival abandonaría la cantera  Cabe recordar la existencia de denuncias vecinales por no poder dormir o quejas de otros establecimientos que veían en ese "lounge" una excusa para tapar una auténtica discoteca al aire libre y de competencia desleal.  El nivel de tensión llegó hasta el punto de que el alcalde socialista tuvo que sufrir un escrache por parte de unos 30 trabajadores del Festival. Estos interrumpieron una rueda de prensa de José Bernal en el Paseo Marítimo.

En aquel tiempo hubo contra el Festival una denuncia de la Fiscalía por posibles delitos de desobediencia más otro urbanístico. La Guardia Civil buscaba saber si el Festival disponía de seguro de responsabilidad civil para los conciertos como para la discoteca. También quería saber el plan de evacuación de emergencias.

Hay que recordar que el Starlite siempre ha estado señalado por un hecho, como es que su parte más importante de ingresos provendría de la discoteca y no de los conciertos, al menos ha sido así hasta que recientemente se decretó el cierre antes de la 1 de los lugares de copas.

Pagaba un canon de risa por utilizar la cantera como anfiteatro

Por el uso de la cantera de Nagüeles -el paraje natural de la Junta de Andalucía con concesión al Ayuntamiento- donde se celebra el Festival y que alberga también otro escenario menor más la zona de DJ-  tenía un canon de 7.000 euros que debía pagar la empresa de Starlite. Un canon irrisorio que no se basaba en informe alguno ajustado a los precios del uso del suelo. Tras la llegada de los socialistas a la alcaldía, el equipo de Gobierno con su regidor José Bernal al frente, encargó a los funcionarios de Industria que realizasen una evaluación técnica del canon. De los datos de dicho informe se concluyó que el canon correcto pasaba a ser de 157.000 euros por la cesión de uso de la cantera desde el 15 de mayo al 31 de septiembre. El informe demostraba  a las claras la desproporción entre las dos cifras, mucho más si se tiene en cuenta que el Ayuntamiento a su vez pagaba a la Junta de Andalucía por la concesión 28.000 euros al año.

Quejas de vecinos y de empresarios de la noche de Marbella

Al mismo tiempo, el equipo de Gobierno exigió a la empresa de Starlite otras medidas en materia de seguridad, así como en relación al cumplimento de los derechos laborales. Ante esta situación, la empresa, disconforme por pagar el canon, abrió una guerra contra el gobierno socialista. Lejos de amedrentarse o ceder a las peticiones de la empresa, el gobierno municipal del PSOE también les obligó a ajustarse al horario establecido ya que la discoteca permanecía abierta hasta las 7 de la mañana. Esto último, los horarios laxos que el anterior gobierno del PP les permitía, había provocado quejas de parte de la población y muy especialmente de otros empresarios de la noche que alegaban que ellos estaban pagando impuestos, nóminas y gastos todo el año mientras que Starlite solo venía a hacer negocio tres meses al año y apoyado en los favores municipales. Los empresarios marbellíes defendían que ellos creaban empleo y economía, mientras Starlite era pura especulación musical y sitio de copas y discoteca encubierta bajo la capa del festival.

Bendeus, la empresa gestora del Festival, intentó no pagar el canon, algo banal teniendo en cuenta todo lo que facturan e ingresan por otras vías como el patrocinio, pero los funcionarios habilitados del Ayuntamiento, tras reclamarle insistentemente el abono consiguieron que la empresa pagase el pasado año aunque con recargo. Se supone que el canon correspondiente a este año deberían haberlo pagado ya. El tema es más grave aun si se tiene en cuenta que establecía que el pago de los 124.961,61 euros -canon final- tenía que hacerse antes del inicio de la actividad. Los socialistas, antes de abandonar el gobierno, dejaron bien cerrado el tema y la empresa, aunque con más de seis meses y recargo incluido, tuvieron que pagar.

El PP "hace la vista gorda"

Pero como la polémica va de la mano de los organizadores del festival, cabe recordar que la infraestructura de Starlite se queda en el recinto todo el año pero, sin embargo, la empresa solo paga un canon de tres meses. De alguna forma, el Ayuntamiento actual del PP “"hace la vista gorda" a este hecho que causa malestar entre determinados empresarios marbellíes que ven trato de favor también en este caso.

Le quitan el nombre de Marbella

Por último otro asunto que ha causado muy fuerte malestar entre la mayoría de la población de Marbella y sobre todo entre los agentes turísticos, es que el Festival que tanto cuesta a las arcas públicas entre patrocinios (200.000 mil euros este año), mejoras en la cantera y obras que asume el Ayuntamiento, es decir el pueblo de Marbella, ha girado negativamente en cuanto a la imagen de marca ya que si desde sus comienzos se conocía como Starlite Marbella, ahora el nombre de la ciudad ha desaparecido para llamarse Starlite Catalana Occidente.

Starlite o "los valores de España"

"Starlite Catalana Occidente es un lugar de referencia para la música y la cultura. Es el único festival que tiene el sello Marca España por representar los valores de España y por ser un gran embajador del país en el mundo". Esta afirmación la hacen desde la Junta de Andalucía. La realiza su portavoz para enfado de otros eventos y promotores ¿Juega Starlite a ser un poder fáctico… o lo es ya?