No parece haber una comunicación fluida o una coincidencia clara de pareceres entre la dirección federal del PSOE y el ganador de las primarias del 13-J y nuevo líder socialista andaluz, Juan Espadas, que hoy ha revelado que fue él mismo quien le pidió a Susana Díaz que "ni renunciara ni dimitiera" de su cargo de secretaria general para evitar que se creara una gestora al frente del partido en Andalucía.

La revelación de Espadas contrasta con los planes atribuidos al número dos socialista, José Luis Ábalos, partidario de que Díaz abandone su cargo cuanto antes. Los estatutos del PSOE prescriben que la dimisión del secretario general o del 50 por ciento de la Ejecutiva conlleva poner el partido en manos de una gestora.

Las palabras de Juan Espadas deberían despejar los recelos de personas de su entorno convencidas de que Susana Díaz estaba torpepeando la transición y apurando los resortes de poder derivados de su permanencia en el cargo de secretaria general.

El ganador de las primarias defendía así el buen nombre y la lealtad de su competidora, puestos en cuestión por la opacidad de las conversaciones entre ambos y por las pulsiones antisusanistas que todavía perviven en ciertos sectores sanchistas.

Aun así, gente del círculo de Espadas no descarta esta interpretación, algo rebuscada, de sus elogios a Díaz: con sus amables palabras, especulan, el alcalde deja a la expresidenta sin margen para seguir poniendo palos en la rueda del traspaso de poderes.

La dirección federal había filtrado ayer que su plan para desalojar a Díaz pasaba por convocar en julio unas primarias para elegir secretario general y acabar con una bicefalia que, sin embargo, el ganador de las primarias no ha dejado de repetir desde el primer día que no existe.

Espadas parece decidido a conjurar el riesgo de aparecer como un líder vicario a las órdenes de Ferraz. Tras reunirse con el presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno, el alcalde de Sevilla ha despejado dudas sobre la actitud que está manteniendo Díaz: tiene, ha dicho, una "disponibilidad absoluta para colaborar; no hay ningún tipo de bloqueo ni empecinamiento personal en absoluto por parte de la secretaria general, y sí un dialogo fluido, desde la confianza personal y el conocimiento que tenemos ambos desde hace muchos años, para que esto salga muy bien y demos un ejemplo al conjunto de la militancia y la organización".

"Le pedí a Susana Díaz desde el principio que ni renunciara ni dimitiera de su puesto de secretaria general", porque "creía que era posible que acordáramos una solución a este proceso de transición" y que "no tuviera que constituirse ninguna gestora, que no es la mejor solución para la organización", ha añadido el candidato.

Según Espadas, Díaz aceptó su sugerencia y "por eso estamos tomándonos unos días, y por eso el proceso en que el que queremos concluir con un acuerdo entre la secretaria general y el candidato en un proceso en el que la decisión se tomará en Andalucía y desde el PSOE-A, y que concluirá con lo mejor para la organización", informa Europa Press.

Y para que no cupieran dudas, desde el equipo de Espadas se ha difundido un comunicado remachando y poniendo negro sobre lo blanco lo dicho por el líder socialista: "Desde el primer día, la secretaria general ha estado a disposición del candidato para todo lo que fuera necesario y en ningún caso se ha producido discrepancia o bloqueo alguno por su parte (...) El diálogo con la secretaria general, Susana Díaz, para la adaptación de las estructuras del grupo parlamentario o aquellas cuestiones que afectan a la dirección regional del partido está siendo absolutamente fluido y colaborativo".

Añade el texto que "tampoco ha habido presión alguna por parte de la estructura federal del partido en esta situación".