Lunes tres de diciembre, noticias convulsas: una pavorosa abstención de la izquierda sociata y una irrupción brutal de la extrema derecha con doce (12, cómo coño es posible?) diputados hacen que el peor resultado del Partido Popular y un mediocre avance de Ciudadanos sobre sus expectativas de “sorpasso” sumen la mayoría absoluta para desalojar del Gobierno a Susana Díaz, a pesar de haber ganado las elecciones, eso sí, con un resultado manifiestamente mejorable.

Martes doce de diciembre, despacho de agencias: ante la bochornosa teatralidad del CS y PP para fingir que Vox no es el verdadero Hacedor que mueve sus intereses de repartirse cargos, la dirección socialista convoca a sus secretarios provinciales y fija un calendario de movilizaciones, para contrarrestar el flujo informativo navideño de las negociaciones de la derecha y evitar ser actores pasivos del drama de la vuelta del fascismo a las instituciones,

Miércoles veinte de diciembre: vuelven “los abajo firmantes”. Un manifiesto firmado por más de cien intelectuales, catedráticos, artistas, deportistas, escritores y represaliados de la dictadura firman un comunicado en el que instan a “todas las fuerzas democráticas” a “cortar el paso” a la extrema derecha con alusiones específicas al peligro de la “banalización del mal” y la “intolerable” compresión hacia la violencia machista, el mismo día que dos mujeres son asesinadas.

Jueves veintiocho de diciembre: la secretaria general de los socialistas andaluces invita públicamente a Manuel Valls, exprimer ministro socialista francés y candidato de Ciudadanos a la alcaldía de Barcelona  a participar conjuntamente en una declaración coral y  sin siglas para condenar la pasividad ante la progresión de los acuerdos con “la mano que mece la cuna” de Vox .La secretaria general de los socialistas andaluces hace extensiva su invitación a “todas las fuerzas” de la izquierda y del centro  para conjurar el mayor peligro para la democracia desde el golpe de Estado de Tejero. En su discurso, alude al propio Papa Francisco, que ha descrito la situación con un lenguaje que recuerda al “período de entreguerras”.

Viernes tres de enero de 2019, boletín radiofónico: ente el acuerdo definitivo para hacerse con el Parlamento y el Gobierno de Andalucía con los votos de Vox, la secretaria general andaluza se reúne con el secretario general Pedro Sánchez para acordar una estrategia nacional e internacional conjunta que obligue a posicionarse a los partidos del dentro derecha europeo y a movilizar a los socialdemócratas continentales, provocando un “ruido ensordecedor”.

Miércoles quince de enero, televisión en directo: la presidencia en funciones de la Junta de Andalucía y secretaria general de los socialistas comparece ante los medios para ofrecer a Ciudadanos la presidencia de la Junta de Andalucía a cambio de cortar el paso al fascismo: “señor Marín, dígame ahora que prefiere ser vicepresidente con el apoyo de Vox”. Analistas consideran que la oferta de Díaz es un torpedo que puede llevarse por delante el futuro electoral de Ciudadanos y una carga de profundidad contra Pedro Sánchez y su inexplicable tibieza con los acontecimientos que ha calificado como un mero “cambio de ciclo”.

Como “ese peso que no deja huir en las pesadillas” (Bioy), desperté a mi altocargo, que se agitaba sudoroso en el sofá. Amore, me dijo, he tenido un sueño y no sé si soy un iluso que cree en los políticos de los grandes gestos o un gilipollas, Las dos cosas, le dije, mi vida, las dos cosas. Y vístete que tenemos que ir a la toma de posesión de Moreno Bonilla.