Sesión tensa la de ayer en el Parlamento con ocasión de la luz verde dada por la Cámara a una controvertida reforma del Reglamento cuya redacción suscita muchas dudas a los servicios jurídicos del Parlamento, como ya las suscitó, por cierto, la expulsión de varios diputados de Adelante Andalucía acusados de transfuguismo.

Los momentos de mayor tensión los protagonizaron la diputada no adscrita Teresa Rodríguez, líder de los expulsados de Adelante, y la presidenta del Parlamento, Marta Bosquet (Cs).

La primera intentó protestar contra el procedimiento utilizado para impulsar una reforma trascendental que perjudica al grupo de no adscritos y pidió que constara en acta que no se les había notificado formalmente el rechazo de la Mesa del Parlamento a su recurso contra la admisión a trámite dicha propuesta de reforma.

Vuelve el cortijo

El enfrentamiento verbal entre Rodríguez y Bosquet fue subiendo de tono al entender la primera que tenía derecho a intervenir y al interpretar la segunda que no había lugar a tal intervención. De hecho, la toma en consideración de la propuesta de reforma salió adelante sin intervenciones de los grupos y pasando directamente a la votación.

La exsecretaria general de Podemos Andalucía recuperó contra Bosquet la metáfora de Andalucía como cortijo, al frente del cual habrían estado los socialistas durante décadas, pero al que Rodríguez incorpora ahora como capataz a la presidenta del Parlamento.

El hecho es que el Pleno dio luz verde a la propuesta, con los votos a favor de PSOE, PP, Cs y Adelante (IU y Podemos), la abstención de Vox y el rechazo de los diputados expulsados de la confluencia.

Los cuatro grupos que impulsan la reforma intentan plasmar reglamentariamente en ella el denominado 'Pacto por la estabilidad institucional, acuerdo sobre un código de conducta política en relación con el transfuguismo en las instituciones democráticas', suscrito en noviembre a nivel nacional pro un total de once fuerzas políticas.

"Nos odian"

Los diputados expulsados de Adelante recurrieron su expulsión al Tribunal Constitucional con argumentos parecidos a los que esgrimen contra la reforma del Reglamento. En contra del dictamen adoptado en su día por la Mesa, los expulsados consideran que no son tránsfugas.

En su cuenta de Twitter, Teresa Rodríguez interpretaba así lo sucedido en el Parlamento a propósito de la reforma del Reglamento: “Unidas Podemos se juega varios cientos de miles de euros en esta operación, puedo entender su vehemencia. Pero el resto de partidos yo creo que lo que les pasa es que nos odian, no hay otra forma de entenderlo si no”.

Para los servicios jurídicos del Parlamento, el texto de la propuesta de reforma debe someterse a “una revisión detenida” para “mejorar su estructura, lograr una mayor concreción y precisión en la redacción de sus preceptos y en la utilización de los conceptos jurídicos, así como evitar desajustes entre los diferentes artículos que puedan generar dudas en su aplicación, y prescindir del uso de términos y expresiones que puedan generar confusión y falta de claridad".

Precisamente la controversia entre la presidenta Bosquet y la diputada Rodríguez fue a propósito del informe de los letrados: la dirigente anticapitalista quería leerlo antes de la votación porque de él se desprendía que la reforma es inconstitucional, mientras que la presidenta consideró que no había lugar a la pretensión de Rodríguez. 

Sobre la traición

La reforma en marcha prevé que, "una vez producida la adscripción a un grupo parlamentario (...), quien causara baja en el mismo adquirirá necesariamente la condición de diputado o diputada no adscrito".

¿Y cuáles son los requisitos para causar baja? El "abandono voluntario" o la "expulsión motivada" del propio grupo, que se canalizará mediante un escrito de su portavoz dirigido a la Mesa, la cual "se limitará a comprobar, conforme al procedimiento de acreditación establecido, que el acuerdo de baja ha sido adoptado por el órgano o las personas competentes, con las mayorías en su caso previstas, y que la causa invocada se halla expresamente prevista en la normativa interna del grupo parlamentario".

Un diputado también podrá ser expulsado si su grupo lo considera un tránsfuga, pero la definición de transfuguismo es controvertida:

"Se entiende en situación de transfuguismo –dice el texto– a los diputados que, traicionando al sujeto político --partido político, coalición electoral o agrupaciones de electores-- que los presentó a las elecciones, hayan abandonado el mismo, hayan sido expulsados o se aparten del criterio fijado por sus órganos competentes". Para los juristas, el concepto de ‘traición’ es sospechosamente subjetivo y más político que propiamente jurídico.