El Consejo de Estudiantes de la Universidad de Málaga (CEUMA) anunció la pasada semana un paro estudiantil entre el 1 y el 5 de diciembre que afectará a la totalidad de centros adscritos a la institución y titulaciones por la "infrafinanciación" que sufren las universidades públicas andaluzas. ElPlural.com ha conversado con el presidente del CEUMA, Javier Alejandro Borrego, para entender las claves que han llevado a este grupo estudiantil a movilizar a toda la universidad en busca de un único objetivo: "Aumentar la financiación de la Universidad de Málaga (UMA) para mejorar la educación y tener la educación que nos merecemos".

El consejero de Universidad, Investigación e Innovación, José Carlos Gómez Villamandos, tras conocer que se iba a llevar a cabo dicha acción, negó que las universidades andaluzas, incluida la de Málaga, estén infrafinanciadas y aseguró que será "el primero que pida más recursos" para las mismas. No obstante, al igual que ocurre en otras áreas -como sanidad- donde pese a los anuncios del aumento del gasto de la Administración andaluza la ciudadanía no experimenta la repercusión asociada al mismo, los estudiantes de la UMA no creen que los anuncios de Villamandos sobre mayor financiación se corresponda con el día a día de los y las universitarias: 

"Bueno, al final la Junta de Andalucía se mueve por titulares.Suponemos que eso le sirve para las personas que no están en la universidad, ver una imagen que al final no es la que nosotros vemos reflejada en nuestros centros. Los decanos están muy poco contentos con lo que opina la Junta, porque al final los titulares que digan la Universidad de Málaga recibe no sé cuánto, recibe no sé qué, recibe la mayor financiación, no se ve reflejado. Por muchos titulares que suba la universidad o por muchas promesas que haga el consejero o el presidente de la Junta de Andalucía cuando está en público, los problemas que tenemos a día de hoy siguen siendo igual de reales que lo eran antes y después de la promesa", expresa Borrego.

El consejero de Universidades reiteró su "diálogo y mano tendida" al alumnado universitario, en este caso al de la UMA, con el que mantuvo una "reunión cordial". Unas palabras que transmiten el eco - y las consecuencias- de los episodios que hemos visto -y estamos viviendo- con la sanidad en el caso de los cribados de cáncer de mama. Según Villamandos, las universidades andaluzas "no están infrafinanciadas", porque según este, "uno está infrafinanciado cuando no tiene para pagar a los proveedores, cuando no tiene para pagar las nóminas, situaciones que por desgracia hemos vivido en Andalucía, incluso a alguna universidad le cortaron la luz; pero esa no es la situación actual de la universidad andaluza".

Una opinión que contrasta con la ofrecida por los estudiantes. En palabras de Borrego, la infrafinanciación no es solo lo que expresa el consejero, sino que se vertebra en muchos sentidos y en distintos cauces, que afectan, cómo no, en el alumnado, y que redundan en la manera en la que la Universidad Pública se entiende y se aborda políticamente como Administración:

"Por ejemplo, si hay menos profesores porque no se les pueden pagar, hay menos tutores de TFG para que nosotros podamos completar y llegar a la finalización de nuestros estudios. Los servicios públicos que se pierden, como la subvención del menú universitario, el estado de la residencia Jiménez-Fraud, lo que hace es evitar que los estudiantes con menos recursos económicos puedan estudiar. Las personas que no vivan en Málaga y tengan que pedir un piso, tengan que vivir en una residencia, cada vez están en peor situación para poder estudiar y las becas que puede dar la universidad son cada vez peores porque no hay financiación para ellos. Tener menos tutores, tener menos profesores implica que estos pueden tomarse menos tiempo para dedicarse a nuestra educación, que es lo que necesitamos".

En menos de cinco años han llegado cuatro universidades privadas a Andalucía y coinciden en tiempo con el peor momento de la universidad pública"

"Tener infraestructuras que no permiten la seguridad. Un ejemplo que pongo es, si no puede reemplazar los caballetes que se rompen en la Facultad de Bellas Artes, los estudiantes no se pueden centrar en su formación en pintura, sino que tienen que estar centrados en que no se les rompa el caballete. Si no hay suficientes ordenadores para que los estudiantes de informática y telecomunicación puedan hacer sus prácticas, lo tienen que hacer en pareja y la formación de que tu compañero escriba código y tú le mires, es muchísimo peor que si tú hubieras escrito el código. Son consecuencias en el día a día que cada una empeora un poquito la calidad de la formación, cuando se unen todas, al final estudias incómodo, estudias de peor manera, con mucha menos calidad de la formación".

"Si justo en estos momentos en los que los estudiantes de la UMA se sienten que no pueden estudiar con la eficiencia y con la calidad que se merecen y aparecen universidades privadas, tanto los profesores como el personal de gestión y administración, todo el mundo que se lo pueda permitir, se irá a un sitio donde pueda trabajar o pueda formarse con una mejor calidad. Y por desgracia, es donde parece que estamos llegando. Parece que la deriva va a que los estudiantes tengan que elegir entre una educación pública que no se merece o una educación privada que sí se merece. Consideramos que todas las personas deberían de poder estudiar, todas las personas se merecen poder estudiar si quieren y que este factor económico no tenga que ver con la calidad de su formación y al final la responsabilidad de que la formación sea eficiente para todo el mundo la tiene la Junta de Andalucía y quien se encargue de la financiación".

Precisamente, el auge de las universidades privadas en Andalucía desde la llegada de Moreno Bonilla y su gobierno a San Telmo, con un total de cuatro en seis años, hace que el discurso de la Administración popular se tambalee cuando esgrime defensa de las instituciones públicas. CEU Fernando III y la Utamed, que se suman a la Universidad Loyola (antes de Moreno), la Universidad San Ignacio de Loyola y la Universidad Alfonso El Sabio.

Respecto a esta apuesta, el presidente del CEUMA tiene un diagnóstico claro de lo que palpa el estudiantado universitario y los jóvenes andaluces en esta 'confrontación' de modelos:

"Claramente la universidad privada tiene cada vez más peso en Málaga y en Andalucía, y cada vez la universidad pública se encuentra en una peor situación. En menos de cinco años han llegado cuatro universidades privadas a Andalucía y estas cuatro universidades coinciden en el tiempo con el peor momento de la universidad pública"

"En teoría, sería posible compaginar las universidades públicas y las privadas, pero en la práctica a lo que está llevando es que, a nuestros ojos, está siendo un plan de desmantelamiento. Si todas las universidades públicas estuvieran bien financiadas, no habría absolutamente problema ninguno. Pero no es el caso; sino al revés. Cada vez la universidad pública está en peor situación, cada vez estamos peor reconocidos, cada vez los estudiantes de la universidad pública tienen más problemas para estudiar y su educación es de peor situación. Entonces, aunque muchos políticos prometan que esto es una situación compatible, y aunque en teoría sea compatible, la práctica está siendo todo lo contrario, incompatible".