Este miércoles, ElPlural.com publicaba la última prueba que demuestra la delicada situación por la que atraviesa la sanidad de Andalucía ante la falta de inversión del Gobierno de PP y Ciudadanos.

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Los hechos ocurrieron en el Hospital Regional de Málaga, donde Inmaculada, una paciente que ingresó la madrugada del día 6, no pudo llamar a enfermeros y celadores a través del pito habilitado para ello en la habitación.

Como última medida, y a fin de que se hiciera escuchar por ella misma, la familia tuvo que solventar el problema dándole un silbato con el que avisar a los profesionales del centro en caso de urgencia.

Tal y como detalló 'La Opinión de Málaga', la paciente estuvo incomunicada durante todo el puente de diciembre. Desde el hospital explicaron que intentaron solucionar los problemas con el pito desde el principio, pero, sin éxito, el lunes 9 optó por el silbato para hacerse escuchar: “Me he sentido indefensa. Si me pasaba algo no podía llamar”, expone Inmaculada al medio previamente mencionado.

No es el silbato, es el colapso

La cuestión estriba en que este escándalo no es anecdótico en Andalucía. Sustentados en el apoyo de la extrema derecha española, desde que Juanma Moreno Bonilla se hiciera con el cargo de presidente de la Junta son muchas las voces que se han levantado contra su nula gestión de este servicio esencial.

El caos en la sanidad publica no solo se evidencia por hechos como el escándalo del silbato, la alarmante falta de personal a lo largo del último año en hospitales especializados, o el aplazamiento sistemáticos de pruebas importantes para la salud de los pacientes: endoscopias, radiografías, resonancias, TACs o ecografías…

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La foto del desastre

La situación general es de colapso, tal y como ha denunciado este jueves la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) y la propia expresidenta de la Junta de Andalucía Susana Díaz.

“El desastre en la #Sanidad andaluza está llegando demasiado lejos. La gestión es nefasta”, afirmó Díaz. Como prueba, basta con observar la imagen que circula en las redes sociales a raíz de la publicación por parte de ‘La Voz de Almería’ del artículo “Hasta 24 horas para ingresar en planta y camillas en el pasillo”.

En la mencionada imagen se observa lo ocurrido en el servicio de Urgencias del Hospital Universitario Torrecárdenas, donde los pacientes están esperando más de 24 horas para ser ingresados en planta. Además, la zona de Observación que, actualmente cuenta con 23 camillas, tiene a día de hoy otras 16 camillas más ubicadas en el pasillo. Esta sobresaturación afecta al espacio de sillones, cuyas 20 plazas están ocupadas y hay otros cuatro de ellos ubicados también en los pasillos, sin olvidar la sala de espera que está totalmente desbordada de pacientes que aguardan para ser atendidos.