Hace nueve años y medio que la doctora María del Mar Luque trabaja en el hospital comarcal de Ronda en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). “He sufrido un fuerte acoso laboral que me ha llevado a pedir la baja por depresión en el mes de febrero de este año”, señala. Un mes antes de su salida, su marido, jefe de servicio de cuidados críticos y urgencias desde diciembre de 2004, fue cesado del cargo y actualmente se encuentra en paro. “La mafia que hay en el hospital de Ronda, con cargos que se escogen a dedo, demuestra que hay una grave corrupción”, apunta la doctora. María del Mar asegura que ha visto cómo muchos de sus compañeros de la unidad de enfermería le han "escondido información de los pacientes que estaban en una situación crítica, acusándola de haber escrito informes con falsificación de testimonios". Incluso la doctora Luque ha llegado a temer por la salud de sus propios enfermos al no ser avisada, en más de una ocasión, de un cambio de estado de alguno de ellos. En total, la doctora Luque tiene una denuncia puesta a la unidad de enfermería del hospital y a tres trabajadores de este centro. “Debido a estos problemas, he tenido episodios fuertes de ansiedad y muchos de mis compañeros han accedido a informes clínicos sobre mi estado mental para imprimirlo dentro del hospital y humillarme repartiéndolos a todos como octavillas”. MEDIDAS INACEPTABLES En el año 2011, el doctor Castillo, marido de María del Mar, logró coger, sin saber sus consecuencias, una plaza de interino en el hospital de Ronda para asumir la gestión de los servicios del centro. A este puesto accedió por concurso de méritos para la plaza de jefe de servicio “Al ser un antiguo hospital privado, había muchas cosas aún no regularizadas y mi marido fue contratado para ir cambiando todo lo que no estuviera en funcionamiento, según la normativa del SAS”. La doctora Luque cuenta que lo primero que empezó por regularizar fue el servicio de urgencias para que los “profesionales que estaban por las mañanas trabajando en otros servicios no llegaran a urgencias a hacer guardias. ”. María del Mar cuenta que la primera barrera llegó con un médico anatonomo patólogo que se negó al cambio y que casualmente, explica la doctora, era el marido de la jefa de enfermería del hospital, que lleva catorce años en el puesto. “Se regularizó la situación de todos menos la de este señor que continuó haciendo guardias de urgencia y cobrando un sobresueldo de casi dos mil euros más al mes”, aclara. La segunda barrera infranqueable llegó con la prohibición de una serie de turnos. “Mi marido no permitió que se continuaran haciendo turnos de 32 horas en servicios como la UCI por el riesgo que eso conlleva para los pacientes, a pesar de que los trabajadores se ahorren días de trabajo”. El marido de María del Mar comenzó a recibir amenazas para que cambiara de nuevo las normas. Sin embargo, el doctor Castillo quiso continuar con las medidas. Esto provocó que el director gerente firmará la cesión de su cargo en enero de 2015. “Ha sido tal la inquina que le han cogido que no dieron de baja a mi marido hasta que la plaza que le ofrecieron después de dejarlo en paro para el hospital Carlos Haya de Málaga fue cogida por otro médico”, apunta María del Mar. La situación de la doctora llegó hasta tal punto de estrés que decidió darse de baja en febrero, En aquel intervalo, María del Mar decidió pedir ayuda al delegado de salud de Málaga, hasta escribió una carta a la propia consejera María José Sánchez Rubio. “La respuesta la recibí por parte de su secretaria y de forma muy fría y sin ningún tipo de ayuda. Ya no sé en quién confiar”. En aquel escrito, al que ha tenido acceso Andaluces Diario, la mujer aclaraba con estas palabras: “Estoy soportando una situación muy difícil en mi puesto de trabajo desde hace unos cuatro años, en la que sufro maltrato y vejaciones por parte de “compañeros” de trabajo. Esto lo denuncié en su momento ante la dirección del centro, que entendió, como desgraciadamente es habitual en estos casos, que el problema es la víctima y, con la esperanza de que al deshacerse de mí, se desharían del problema” Desde aquel momento, la doctora sigue viviendo junto a sus hijos y su marido en Ronda, donde actualmente tiene una casa en hipoteca. “Yo quería hacer mi vida aquí. He tenido a mis dos hijos en este pueblo donde quería verlos crecer. Incluso mi segundo hijo nació prematuro en 2013 por la grave situación psicológica que yo sufría”. Sin embargo, hasta el momento no ha tenido respuesta por parte de la justicia. A la espera de algún cambio, María del Mar ha tenido el apoyo de María Jiménez, delegada sindical de UGT, que solicitó un estudio de riesgo social al ver la situación tan deplorable en que yo me encontraba. La doctora apunta que "el informe lo realizó la unidad de prevención de riesgos de Carlos Haya". A LA ESPERA DE UNA RESPUESTA Sin apenas fuerzas ni palabras de consuelo, la doctora Luque, con tan solo 42 años, se encuentra incapacitada para volver de nuevo a su puesto de trabajo, a pesar de que es una de las cosas que más desea. Solo espera que su marido se recoloque de nuevo en la bolsa en poco tiempo, aunque no sabe si la 'mafia' del hospital de Ronda le permitirá la recolocación, ya que añade que “tiene 97 puntos en la bolsa y en la actualidad según la información de UGT están llamando a médicos para su mismo puesto con tan solo 31”.