Ahuyentar rumores de división, transmitir disciplina organizativa y comenzar la precampaña con imagen de unidad, son los parámetros que han movido a Pedro Sánchez a proponer a Susana Díaz que sea la maestra de ceremonias en su proclamación. Los mismos motivos son los que han propiciado que la andaluza acepte, "sin dudar ni un segundo", según fuentes regionales del PSOE andaluz, la invitación del líder federal y candidato por segunda vez a presidir el Gobierno central.
Salir a ganar
El partido, la familia socialista, aparecerá este sábado como una comunidad reconciliada y con ganas de salir a ganar. Esta misma fuente regional nos indica que de lo que se trata es de llevar a Pedro Sánchez, y con él al PSOE, a la Moncloa. "Pelillos a la mar" y atrás quedan disensiones, en la mayor parte de las ocasiones legítimas y propias de un partido que no solo "no es monolítico, sino que está vivo pues esto no es el PP".
"Si alguien espera de Susana que no eche el resto en la larga campaña se equivoca o no la conoce", nos subraya desde Sevilla el cuadro regional del entorno más cercano a la presidenta autonómica y secretaria general de la teritorial más poderosa de la formación socialista. Como ella siempre dice en contienda electoral "sale a ganar y adejarse la piel en ello... luego del 26-J se hablará de lo que encarte".
Este sábado en Móstoles, será la proclamación de Pedro Sánchez en su segundo intento de asaltar con las urnas La Mocloa y mandar al PP a la oposición,á Ello será después del Comité Federal par aprobar las listas del partido al 26-J.
No a la división interna
Este símbolo de unidad además de ser un golpe de efecto electoral cara al votante dubitativo, es sin duda alguna un acicate y un chute de energía y optimismo para la militancia que, más allá de filias o simpatías personales, quieren a un partido unido y son conscientes, con temor incluso, que lo que la sociedad ante las urnas no perdona jamás, es la desunión.