Jesús Tomillero, el único arbitro colegiado de fútbol español que expresó publicamente que era gay no puede más y ha tirado la toalla. Es manifiesto que en el fútbol español subsisten amplias dosis de homofobia y él ha sido una víctima desde el principio. Y ha sido víctima de las invectivas machistas por el simple hecho de ser valiente y revelar su identidad sexual. Hecho este, algo normal y que debería ser corriente pero que los campos de fúbol aún no lo permiten. Machismo, homofobia, retrógados mentales conviven en un deporte sin modernizar en sus estructuras directivas ni culturizar en sus hábitos.

Tomillero ha sufrido y mucho desde su "revelación". El joven ha sido reiteradamente insultado desde ese día y, siempre muy coherente, ha dicho un hasta aquí llego, abandono, ahí os quedáis y ha dejado los campos y el arbitraje. El motivo no ha sido otro que el tremendo astío por los insultos homófobos que recibía en los partidos que arbitraba tras declararse homosexual. Matiza Tomillero que además lo que más le ha dañado no fueron las agresiones verbales sino que "todo el público se reía", "se cachondeaba".  Tomillero, una persona con un sentido razonable de la dignidad personal, dice que lo deja "porque no aguanto más que se cachondeen de mí y que el mismo comité no me apoye".

Insulto tras insulto homófobo
Su vía crucis particular comenzó, tal y como informó ELPLURAL.COM, hace escasos tres meses cuando el árbitro fue insultado en un partido de Tercera División cadete de Cádiz disputado en la Línea de la Concepción por su condición homosexual. Tomillero fue valiente y tomó la decisión de denunciar los hechos ante las autoridades. Durante ese partido, el sábado 26 de marzo, el encargado de material de uno de los equipos, formados por chicos de 15 y 16 años, se dirigió a él con las expresiones "maricón" y "te vas a hartar de comer pollas", según informó la Federación Andaluza Arco Iris en una nota de prensa.

"¡El maricón que sale por la tele!"

Ahora la situación se ha repetido tras pitar un penalti en un partido provincial de Cádiz. Alli lo "acribillaron" verbalmente llamándole "¡El maricón que sale por la tele!" y "¡Te vas a meter el gol por el culo, maricón de mierda!", entre otros insultos desde la grada. Tomillero ha insistido en lo que más ha contribuido a su decisión de "colgar las botas" era ver como todo el público se reía"y desvela que su vida le ha cambiado "muchísimo" desde que decidió "salir del armario".

El joven se queja de que las autoridades deportivas no solo no lo han apoyado sino que quisieron evitar que denunciara. "Es lamentable que me hayan dicho que no hable e incluso amenacen con sancionarme. Antes que me sancionen pues me voy", ha declarado a una agencia de noticias gala. Una decisión que debería hacer reflexionar a la cúpula del fútbol español y que, sin duda, no ocurrirá. Albergar la esperaza de que "reflexione" un núcleo dirigente anclado en el inmovilismo es un ejercicio llamado al fracaso.

Pide a los políticos que cambien las leyes contra la homofobia en el deporte base
Tomillero opina sobre su decisión de salir públicamnte a reconocer su sexualidad: "No, yo no me arrepiento de haber dicho que soy homosexual porque cada persona es libre de decir lo que siente. No tengo por qué esconderme, con este gesto ayudé y estoy ayudando a muchas personas aunque me perjudique a mí". ¿Reconsiderará su decisión? Tomillero explica que seguiría arbitrando solo si "los políticos" promulgasen una ley "contra la homofobia en el deporte base". "Hay que lograr que se prohíban en los campos actos como este. Es vergonzoso que ocurran en pleno siglo XXI", lamenta.