El Festival de Cine Europeo (SEFF) recupera por un lado algunos de los estrenos del año inéditos en Sevilla y por otro las comedias más representativas del mítico estudio Ealing, con un omnipresente Alec Guiness. Una de las reclamaciones más reiteradas que hacen los habituales del Festival de Cine Europeo de Sevilla a sus responsables es que amplíen su oferta más allá de las dos semanas del certamen, ofreciendo una programación capaz de saciar al que es cinéfilo todo el año. Ahora, a la espera de la XII edición del SEFF, que se celebrará entre el 6 y el 14 de noviembre, y de la que aún no se ha adelantado ningún detalle por parte de la organización, dos ciclos muy distintos vienen a satisfacer a los más fieles. Así, en el Teatro Alameda, que ganó en comodidad hace dos años tras la renovación de sus hasta entonces insufribles butacas, se podrán ver esta semana algunos de los títulos más aclamados de entre los estrenados esta temporada, pero que por caprichos de la distribución no se vieron en ninguna de las salas comerciales de la capital hispalense. Para la primera semana de octubre queda emplazado un segundo ciclo, con algunas de las comedias más representativas de la Ealing, la destacada productora británica. Todas las sesiones son a las 20:30 y el precio de la entrada es de tres euros. LO QUE NOS PERDIMOS Hoy, 17 de septiembre, se pone en marcha la iniciativa de recuperar títulos de estreno con El cartero de las noches blancas, premiada en el Festival de Venecia del año pasado. Obra del veterano Andrei Konchalovsky, que llegó a colaborar con Tarkovsky en la escritora de Andréi Rubliev, se sitúa en los espectaculares paisajes de una remota región rusa, cuyo único contacto con el exterior es el cartero. El viernes 18 se proyecta Qué difícil es ser un dios, del director de culto recientemente fallecido Aleksey German, que tardó más de una década en finalizarla. Muestra la expedición de unos científicos a otro planeta, anclado en la Edad Media, donde toman a uno de ellos por el hijo ilegítimo de un dios. Para el sábado 19 queda Una chica vuelve a casa sola de noche, de la debutante Ana Lily Amirpour, que ha sido comparada con el mismo Lynch por esta combinación de western, romance y terror con toques vampíricos situada en una ciudad iraní. UNOS ESTUDIOS LEGENDARIOS Con el cambio de mes se inicia el ciclo dedicado a los londinenses estudios Ealing, pioneros del cine y que todavía funcionan, pero cuyo periodo más recordado es el de los años posteriores a la II Guerra Mundial, donde sus comedias repletas de excentricidad y humor negro se convirtieron en algunos casos en auténticos clásicos. Es el caso de El quinteto de la muerte (1955), que se verá el día 1, de la que los hermanos Coen realizaron un remake con Tom Hanks de protagonista. En el original, son Alec Guiness y Peter Sellers los líderes de una banda de ladrones que se convierten en inquilinos de una anciana con el fin de robarle. El propio Guiness también protagonizó Oro en barras (1951), por la que fue nominado al Oscar. El 2 de octubre se le podrá ver en este título, en la piel de un anodino encargado de supervisar traslados de oro que decidirá pasar a la acción y hacerse con un cargamento, enviándolo a Francia con la forma de souvenirs de la Torre Eiffel. El sábado 3 es el día elegido para la proyección de El hombre del traje blanco (1951), de nuevo con Guiness, que en este caso interpreta a un investigador que crea un tejido revolucionario que no se puede manchar ni romper. El temor a las consecuencias de su descubrimiento le pondrá en contra a todas las empresas de la industria textil. El ciclo de las comedias de la Ealing se cierra el 4 de octubre con Ocho sentencias de muerte (1949), de Robert Hamer. Guiness hace pleno ya que también aparece en el film, aunque el personaje principal, un joven que pretende asesinar a todos los familiares que le anteceden en la sucesión al título de duque, corre a cargo de Dennis Price. El retrato de la aristocracia permitió al estudio sacar lo mejor de su arsenal de ironía.