El Parque Nacional de Doñana, en Andalucía, podría convertirse en el primer espacio natural Patrimonio de la Humanidad dentro de la UE al que la Unesco incluye en la 'lista negra' de patrimonio en peligro si España no toma medidas antes del 1 de diciembre de este año, según ha alertado este jueves 15 de septiembre la organización ecologista WWF durante la presentación de un informe sobre el humedal. Este ultimátum llega después de que en junio de 2015 la Unesco alertara a España sobre las amenazas que suponían para Doñana la reapertura de la mina de Aznalcóllar, la utilización del subsuelo del parque para el almacenamiento de gas natural, el uso de agua para regadío en las zonas colindantes y el dragado del río Guadalquivir. Con respecto a este último punto, Unesco aplaudió en el documento la decisión del Tribunal Supremo de paralizar las obras e instaba al partido en el gobierno a crear un comité permanente para cancelar el proyecto y no permitir "ningún plan futuro" para excavar en el lecho Guadalquivir. No obstante, para el secretario general de WWF España, Juan Carlos del Olmo, la falta de irrigación sobre el parque es el "auténtico cáncer" de su declive. Además, recuerda que Doñana es un lugar necesario para la migración del 70 por ciento de las aves que existen en Europa y que de ahí "radica su importancia". Para WWF, las actividades agrícolas intensivas han "sobreexplotado" el acuífero de Doñana a lo largo de las últimas tres décadas y esto ha provocado, a su juicio, una "gran reducción" de las aportaciones hídricas al parque. De hecho, estima que los aportes de agua al Parque Nacional de Doñana están por debajo del 20 por ciento de su nivel natural. Por otra parte, denuncia que las actividades industriales y las modificaciones fluviales han provocado la pérdida de más del 80 por ciento de la marisma de Doñana que existía a principios del siglo XX y el 90 por ciento de sus lagunas estacionales, según un informe internacional de la organización En este sentido, el informe avisa de que "cerca de la mitad" de las explotaciones intensivas utilizan agua extraída del acuífero "sin los permisos y licencias necesarias". Igualmente, afirma que el 30 por ciento de los cultivos están utilizando tierras "ilegalmente", lo cual, plantea una competencia desleal a la agricultura que sí cumple la ley. En concreto, estima que existen más de 1.000 pozos y 3.000 hectáreas de cultivo ilegales.

BAJA CALIDAD Y CONTAMINACIÓN

Con respecto a los aportes hídricos que restan, WWF advierte que son "de baja calidad" y que están "altamente contaminados". De la misma forma, asegura que la agricultura intensiva está liberando plaguicidas y fertilizantes que incrementan el nivel de fosfatos y de nitratos. Además, todo esto podría mermar la capacidad de la región a la hora de generar puestos de trabajo, generar ingresos y dar sustento a la población local. Ante esta situación, la organización ecologista pide al Gobierno español que "reconsidere" sus actuales prácticas de gestión y que colabore con las partes interesadas para revertir el daño. En esta línea, ha pedido que se hagan evaluaciones ambientales que tengan en cuenta todos los impactos acumulados y que se realicen inversiones centradas "en el valor a largo plazo". En este último punto, WWF ha puesto sobre la mesa la posibilidad de realizar una transición a "prácticas de agricultura sostenible" que ayudaría a proteger a Doñana y que proporcionaría ingresos estables y empleos para los residentes locales. De igual modo, ha pedido a la administración estatal que regule mejor la extracción de agua, que cierre los pozos ilegales y que procese a quiénes los están explotando. Junto a la amenaza hídrica, la organización también ha recalcado los otros proyectos a los que el documento de la Unesco de 2015 hacía mención. Por un lado, WWF cree que la Junta de Andalucía está "poniendo en peligro" la supervivencia de Doñana al aprobar la reapertura de la mina de Aznalcóllar. De este modo, considera que esto podría suponer una mayor extracción de las fuentes "ya menguadas" de Doñana. Asimismo, la organización ha incidido en que los proyectos de extracción y almacenamiento de gas dentro de las áreas protegidas de Doñana podrían amenazar a sus ecosistemas, así como su capacidad como sumidero de carbono. De hecho, explica que la Unesco ha declarado "en repetidas ocasiones" que el petróleo, el gas y la prospección y extracción minera son "incompatibles" con los sitios de Patrimonio Mundial. En declaraciones a The Guardian, la directora de patrimonio de la Unesco, Mechtild Rössler, ha explicado al respecto que la apertura de la mina no es "del todo compatible" con el estatus de Patrimonio Mundial y que las prospecciones de gas en los alrededores del parque "no es aceptable" para la Unesco. En esta línea, la responsable del programa de aguas de WWF, Eva Hernández también ha pedido a la Comisión Europea que para hacer cumplir las directivas "no se proporcionen fondos a ninguna actividad que dañe los valores de Doñana". "No es aceptable que esto ocurra en el siglo XXI", ha concluido. Finalmente, la organización ha solicitado a la Unesco que, si el Gobierno español no le transmite ninguna medida sobre Doñana antes del 1 de diciembre, se inicien los trámites para incluir al humedal dentro de la lista del Patrimonio Mundial en Peligro de la Unesco.