El Ayuntamiento de Madrid sólo preparó un dispositivo especial con 200 agentes de la Policía Municipal adicionales para custodiar las calles el día el que finalizó el estado de alarma, a pesar de que la plantilla total es de 6.100 agentes municipales.

El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, ha asegurado, en una comparecencia este lunes ante los medios, que "preparamos un dispositivo especial de 200 agentes de la Policía Municipal" para el pasado sábado, 8 de mayo. Sin embargo, ha acusado la falta de control de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad municipales en cuanto al número de policías que dispone Madrid.

"No podemos colocar a un policía municipal en cada calle de Madrid. No podemos controlar todos los botellones que se produzcan. Por eso llamamos a la responsabilidad de la ciudadanía", ha pedido el regidor madrileño. 

El Consistorio sólo reforzó un 3,17% más la seguridad el pasado sábado, del total de 6.100 policías municipales con los que cuenta, a pesar de que el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso habló el viernes del posible riesgo de botellones que se podrían producir a partir de las 00:00 horas.

Desde la Comunidad de Madrid se pide al Gobierno central que debe haber un colchón jurídico y piden más colaboración por parte de la Policía Nacional, aunque tal control es competencia del Ayuntamiento de Madrid.

Fuentes de la Delegación del Gobierno de la Comunidad de Madrid aseguran a ElPlural.com que las competencias de lo ocurrido el pasado sábado las tenía el Ayuntamiento de Madrid y la Policía Nacional se desplegó, como cada fin de semana, de forma preventiva, pero la Policía Municipal no pidió ayuda.

Las mismas fuentes alertan de que, hasta el momento, el dispositivo del próximo fin de semana, en el que se celebra la festividad por el santo de Madrid, San Isidro, sigue siendo el mismo que el registrado el pasado sábado, a pesar de que la delegada de seguridad del Ayuntamiento de Madrid, Inmaculada Sanz, ha asegurado que van a reforzar la zona de la Pradera en coordinación con la Policía Nacional.

El consejero de Interior, Justicia y Víctimas, Enrique López, ha revelado que la Consejería de Sanidad estudió la posibilidad de aplicar un toque de queda tras el estado de alarma, pero el Gobierno de Ayuso terminó desestimando tal posibilidad porque "preferimos adoptar un punto de equilibrio en las medidas".

Una medida de restricción de la movilidad nocturna que, si el Ejecutivo de la Comunidad de Madrid la hubiera aplicado, habría evitado las aglomeraciones que se vivieron el pasado fin de semana en la capital española.