Al final sí hubo remontada, pero no sorpasso. Con cerca de 69 diputados, Podemos se queda en tercera posición y, aunque los seguidores siguen celebrando y recordando que “sí se puede”, desde la formación no se ha mostrado demasiada a alegría.

Mientras que hace unas semanas Pablo Iglesias invitaba a los españoles a sonreír, en la noche de este domingo electoral no han sido muchas las sonrisas. Lo que en un principio empezó con alegría y gritos de celebración por parte de los más de 400 seguidores invitados a pasar con ellos la jornada, pronto se convirtió en silencio y nervios.

Tan solo unos gritos ahogados de vez en cuando, de esos que se escuchan cuando en un partido de fútbol se está a punto de marcar un gol, o unos vítores de ilusión cuando se conocían datos como los de Madrid, Valencia o Cataluña, rompían la espera.

Ya lo dijo Íñigo Errejón, director de campaña de Podemos, cuando salió a valorar los primeros datos a eso de las 21:30 de la noche. Pedía prudencia, aunque se mostraban esperanzados. Y se ha cumplido.

Pablo Iglesias ha hecho uso de esa prudencia y, aunque no se pude negar que los resultados son buenos e históricos, ha apostado por empezar a trabajar. Lo primero, conseguir un blindaje constitucional de los derechos sociales: vivienda, educación, sanidad... Lo segundo, reformar la Constitución para cambiar la ley electoral e introducir una medida por la que los ciudadanos puedan echar de La Moncloa al presidente del Gobierno si este incumple su programa electoral. Un guiño muy directo a los populares.

En la misma línea de seriedad, también ha dejado claro que no es el momento de hablar de posibles pactos de Gobierno, primero hay que trabajar para cambiar la Constitución. “Los hasta ahora 69 diputados de Podemos van a tender la mano a cualquier formación para hacer los cambios inaplazables e ineludibles de la Constitución”, ha dicho Iglesias.

Aun así, al final sí ha habido sonrisas, cuando han asegurado que “estas elecciones han dejado claro que nuestro es un país plurinacional”, que “este país ya ha cambiado” y que “se acabó el sistema de turnos y el bipartidismo”.

El momento más curioso de la noche, cuando Pablo Iglesias ha lanzado este mismo mensaje en inglés para los medios internacionales que estaban presentes. Y, para terminar y animados por los presentes, han vuelto a levantar el puño y gritar el ya conocidísimo "sí se puede".