No se quedó corto Pedro Sánchez, cuando dijo lo que dijo respecto a la corrupción del Partido Popular. En efecto, el líder del PSOE dio nítidamente en el blanco al subrayar que el aún presidente del Gobierno de España sigue siendo una persona indecente. Sin ir más lejos, conviene recordar que Don Mariano ha vuelto estos días a olvidarse de que muy cerca de él habían surgido otros dos presuntos chorizos. O sea, Gustavo de Arístegui y Pedro Gómez de la Serna.

Hace años, no muchos, el jefe supremo de la derecha española fue preguntado por un periodista en torno a las aventuras ilegales entonces del hombre fuerte de la provincia valenciana de Castelló. El ahora indecente Rajoy Brey replicó públicamente que Carlos Fabra era nada más, ni menos, que “un ciudadano y un político ejemplar”. Sólo, usted, Sr. Rajoy, tuvo la desfachatez de bendecir a su amigote, por cierto además un franquista de tomo y lomo.

En su choque televisivo con el socialista Pedro Sánchez –que adecuadamente ha destapado la indecencia evidente de su adversario-, Rajoy por fortuna ha perdido. Ayudó Don Mariano a Bárcenas y le trató durante más de veinte años como si fuera un tipo honorable y decente. El tesorero Bárcenas ya estaba en el PP, o en Alianza Popular, cuando estalló el caso Naseiro y los populares se salvaron de la quema gracias a una Justicia escasamente justa. La trama Gürtel cayó encima de Rajoy y de sus presuntos corruptos. Pero, según Rajoy y compañía, “aquí nunca pasa nada porque nosotros somos honrados”. Pedro Sánchez ha dicho que basta ya, Sr. Rajoy. Usted es un vividor. Algún día acabará sabiéndose que Mariano Rajoy Brey tiene un chollo monumental e incluso legal merced a ser un registrador de la propiedad. Así cualquiera se enriquece, Sr. Rajoy.

Enric Sopena es director de ELPLURAL.COM