Es un vídeo de origen misterioso que ha superado ya los cuatro millones de reproducciones. Su autoría es anónima, pero sus intenciones quedan muy claras en los poco más de dos minutos que dura su mensaje homófobo, racista y que atenta contra la inteligencia: interpretado por una pareja de actores profesionales, nos traslada al domicilio de un matrimonio en el que el marido, la noche anterior a las elecciones presidenciales del próximo 18 de marzo, decide no ir a votar a la mañana siguiente porque considera que su voto no influirá en el resultado de los comicios. Unas elecciones en las que, por cierto, ya fuera de la ficción, se da por descontada la victoria de Putin, después de que el partido del Kremlin, Rusia Unida, mostrase públicamente su apoyo a la candidatura del presidente ruso, que se presentará a la reelección de marzo en calidad de candidato independiente. El primer ministro, Dmitri Medvédev, ha asegurado que su partido apoya esta decisión de Putin, que fue líder de Rusia Unida hasta 2012, fecha en la que abandonó la jefatura del partido oficialista por las múltiples denuncias de fraude que lo acechaban tras las elecciones legislativas.

Rechazo de la oposición

Volviendo al vídeo, cuando el matrimonio se va a acostar, el marido desafecto políticamente sueña que tres militares de raza negra se presentan en su puerta para llamarlo a filas, porque el nuevo presidente ganador de las elecciones habría dispuesto un servicio militar obligatorio hasta los 60 años; además, el hijo del personaje le pide "cuatro millones" para hacer un pago en el colegio; en su cocina, hay un gay en actitud provocadora (y denigrante para los homosexuales por reducirlos a un cliché) porque, le explica al marido de esta historia su mujer, con el nuevo presidente electo es obligatorio que en cada casa viva un homosexual. Las reacciones en contra del vídeo no se han hecho esperar. "Considero que se puede hacer bromas sobre todo el mundo. Sobre Hitler y sobre los gais. Pero mostrar al colectivo LGBT como una amenaza en un país homófobo ya no es un broma", escribió en Instagram Ksenia Sobchak, la única mujer entre los ocho candidatos a a la presidencia de Rusia, que no ha dudado en señalar al equipo de campaña de Putin como los bolsillos que han sufragado la pieza, a la vista de que la ha compartido en Facebook el analista político Alexandr Kazakov, considerado próximo al Kremlin.
Hay más expertos que ven la mano del Kremlin tras la misteriosa y azarosa publicación, puesto para el gobierno constituye una prioridad que la participación ciudadana sea lo bastante nutrida como para demostrar la cohesión de los rusos en torno al presidente, sobre todo cuando la campaña del líder opositor Alexéi Navalni ha llamado a boicotear los comicios.
Navalni fue inhabilitado para presentar su candidatura por tener antecedentes penales, aunque la Constitución de Rusia señala que éstos solo son un impedimento para aspirar a la presidencia si quien aspira a ser candidato se encuentra en un lugar de reclusión, escenario que aquí, por ahora, no se da. Navalni, que recientemente convocó una huelga en todo el país bajo el lema "Huelga de electores", fue detenido cuando salió rodeado de sus seguidores a la calle Tverskaya, la principal avenida en el centro de Moscú. Los manifestantes que secundaron la movilización en varias ciudades rusas se contaron por miles, y alzaron sus voces al grito de "Putin es un ladrón", "Rusia sin Putin" y "Navalni es nuestro presidente", entre otros.

Tendremos Putin hasta 2024

Según los analistas, Putin, de 65 años, será reelegido con un resultado histórico de más de dos tercios de los votos, lo que le permitirá permanecer en el Kremlin hasta 2024, completando así casi un cuarto de siglo en el poder. La campaña electoral en Rusia arrancó oficialmente el pasado 18 de diciembre. Además de Putin, concurren a las elecciones otras dos docenas de candidatos, entre ellos el liberal Grigori Yavlinski y el ultranacionalista Vladímir Zhirinovski.