El problema del envejecimiento de la población sigue siendo tan acuciante que no cesan las iniciativas para abordarlo. Sobre todo en países como España, Suiza, Australia y Japón, donde la esperanza de vida alcanza sus cotas más altas. En este último, se ubica en 86 años para las mujeres y 80 para los hombres. De sus 127 millones de habitantes, el 27 por ciento tiene más de 65 años. Entre ellos hay 65.000 centenarios, un récord mundial. Se calcula, además, que
en 2025 faltarán 370.000 enfermeros para poder cuidar a los ancianos que necesiten atenciones especiales.
Robot enfermero
Ante este panorama, el gobierno del país ha comenzado a financiar un proyecto piloto que pasa por el uso de robots y tecnología punta para atender a los ancianos. Ya en 2006, el Centro de Investigación Científica para Asuntos Emergentes RIKEN desarrolló
un robot-enfermero al que llamó “Ri-Man” y cuyos brazos, hechos de silicona, permiten transportar a personas mayores, entre otras funciones.
Ahora, el Instituto Nacional de Ciencia y Tecnología Industrial Avanzada de Japón trabaja ya en un proyecto para ayudar a 98 fabricantes a probar dispositivos robóticos para el cuidado de enfermería en los últimos cinco años. Quince de ellos ya se han comercializado, por ejemplo , como
andadores que activan un refuerzo al detectar una cuesta.
El 8% de los hogares japoneses ya se está acogiendo a estas ayudas, y se calcula que en los próximos cinco años, cuatro de cada cinco ancianos japoneses recibirá un robot en su domicilio.
El diario
The Guardian informa de que esa tecnología se está enfocando, por ahora, a ayudar a las personas mayores a levantarse de la cama o de una silla de ruedas, pero se espera que en el futuro los asistan en sus necesidades en el baño o hasta combatan con ellos la soledad.
Por ahora, además, la tendencia es no conferirle a estas máquinas forma humanoide (existe una foca de peluche especialmente diseñada para enfermos de Alzheimer), y en muchos casos no van más allá de ser dispositivos con tecnología inteligente.
Códigos QR para pérdidas de memoria
Además de este programa gubernamental, existen otras inicativas a lo largo y ancho de Japón para incorporar la tecnología al cuidado de la tercera edad. Por ejemplo, en Iruma, una ciudad al norte de Tokio, muchas personas con demencia senil están siendo monitoreadas a través de
códigos QR instalados
en las uñas de sus dedos, en manos y pies. La policía puede escanear estos códigos, en caso de que la persona se pierda, para obteer toda su información personal.
La familia de robots domésticos crece