Está claro que solo escarmentamos de una manera. Que por más advertencias que nos hagan, por más que escuchemos o leamos, hasta que no vemos las consecuencias en carne propia, no nos damos por aludidos. Puede ser la desertificación, el alza de las temperaturas, la pérdida de tierras de cultivo o la escasez de agua. Ahora, los habitantes de Ciudad del Cabo nos lo podrán explicar.

Día Cero

16 de abril. Ese día, la ciudad sudafricana se quedará sin agua. Sin gota de agua. No ya para regar los campos o lavarse. Ciudad del Cabo no tendrá agua ni para beber. Es el denominado “día cero” en el que se cortará el suministro a hogares y empresas. Desde luego es una perspectiva atroz para sus más de cuatro millones de habitantes.   Es la consecuencia de diversos factores. Entre los imponderables está la pertinaz seguía que asuela la zona desde hace más de tres años. Otro de los elementos que han desembocado en esta situación es la falta de una planificación eficaz que provocó un derroche de agua que ahora se va a pagar.

25 litros al día por persona

Evidentemente demasiado tarde las autoridades han puesto en marcha diversas iniciativas para combatir la falta de agua. Desde el pasado día 1 de febrero cada habitante de la ciudad tiene un cupo de 50 litros de agua para cada día. Si tenemos en cuenta que en una ducha se gastan alrededor de 15 litros, puede darnos una idea de lo que esta medida supone. Y esta cantidad se va a ver reducida a solo 25 litros dentro de unos días. Para garantizar que se cumple la norma, el agua solo se dispensará en puntos controlado, alrededor de unas 200 fuentes en diferentes zonas de Ciudad del Cabo. Qué sucederá entonces es algo que ni los encargados de la situación quieren pensar. Hay quien asegura que la ola de pánico y algaradas callejeras no tendrá precedentes. La expectativa de quedarse sin agua puede ser lo más aterrador para una gran ciudad.