El viajante, la nueva película de Asghar Farhadi, se estrena estos días en cines envuelta en polémica. La cinta le ha granjeado al director su segundo Oscar a la Mejor Película de Habla No Inglesa (el primero fue por Nader y Simin. Una separación), el segundo Oscar también para su país. Primero, el director, así como la actriz protagonista de la película - Taraneh Alidoosti- estuvieron a punto de no poder acudir a la ceremonia de Hollywood a recogerlo por el veto que el presidente Trump puso a la entrada a Estados Unidos de personas de siete países de mayoría musulmana, y una vez que este hubo de suspenderse, Farhadi, directamente, decidió no ir, en protesta por las políticas antiinmigración del inquilino de la Casa Blanca. En la gala, Farhadi estuvo representado por una ingeniera de la NASA de origen iraní, Anousheh Ansari, quien se convirtió en la primera mujer musulmana en viajar al espacio, y sobre el escenario del Teatro Dolby, leyó la carta del director.

Una película excelente

Además, la cinta, la séptima en la carrera de este director, se ha utilizado como reclamo anti Trump en varios eventos, como en su multitudinaria proyección al aire libre del film que organizó en Londres el alcalde de la ciudad, Sadiq Khan. En El Viajante, Farhadi, muestra una vez más su capacidad para dar forma a un melodrama social, con una visión metaficcional cuya calidad va creciendo a lo largo del metraje. Es sorprendente que el director sea capaz de hacer este cine dentro de Irán, envolviendo críticas sociales en melodramas, con un tono más sutil que el del fallecido Kiarostami, respecto al que Farhadi goza de una mayor proyección internacional. Su próxima película la rodará con Penélope Cruz y Javier Bardem.