Es difícil de imaginar y si te lo cuentan, la verdad es que da cosa. Pero es cierto. Cada día convivimos con millones de organismos. No es que estén en el aire y en los objetos que nos rodean y nos crucemos con ellos. Es que, literalmente, viven con nosotros. En nuestro interior y en nuestra piel.

Tú tienes multitudes

Es lo que trata de explicar el libro Yo tengo multitudes. La obra del periodista Ed Yong describe toda la amplia gama de microorganismo que portamos cada uno de nosotros. Sin darnos cuenta, sin verlos y pensar en que existen. Pero ahí están. Cumpliendo funciones básicas para nuestra supervivencia. Millones de millones de bacterias, hongos e incluso virus, se mueven por nuestro cuerpo. Un tráfico que Yong asegura que está gobernado por nuestros sistema inmunitario. Es él el que decide qué bacteria puede quedarse a vivir con nosotros y cuáles deben ser eliminadas. El libro trata de exponer cómo el pensamiento humano ha ido penduleando en esta relación con los microorganismos que nos habitan. Desde una primera noción cuando fueron descubiertos, como nocivos para nosotros. Hasta la actual, en la que nos hemos situado en el lado contrario y pensamos que son imprescindibles para nuestros bien estar.

El inicio de la relación

Yong destaca la importancia de dos factores para que la relación entre humanos y microbios sea exitosa: la lactancia materna y el parto natural. Es en ese momento, en el parto, cuando el humano entra en contacto por primera vez con estos organismos, a través de la vagina. Y abunda en una idea que se ha extendido en los últimos años. Cómo el exceso de mimo en la profilaxis está generando nuevas alergias. Patologías que no existían cuando los niveles de higiene eran mucho menores. Es el trabajo de más de diez años de entrevistas con los principales científicos del mundo sobre este campo. Un libro que Bill Gates ha calificado como “la mejor aportación al periodismo científico en años”.