Existen registros bien documentados de cuál fue la impresión de los primeros europeos que llegaron a América después de 1492, sobre todo la Historia de las Indias escrita por fray Bartolomé de las Casas desde 1527 durante las tres décadas siguientes. Sin embargo, no existe un registro similar del otro lado, de aquellos habitantes que de pronto vieron llegar a unos seres que ni siquiera pensaron que eran de la misma especie, abordo de extrañas embarcaciones, subidos en raros animales y vestidos con insólitas ropas.

Grabados en una cueva

El Museo Británico y la Universidad de Leicester han hecho público un estudio conjunto que muestra el que quizá fue el primer debate ideológico, o religioso, entra las dos sensibilidades que entraron en contacto tras el Descubrimiento. Se trata de una serie de grabados en la cueva de la isla de Mona en Puerto Rico. En las paredes pueden observarse relieves anteriores a la llegada de los españoles con formas religiosas de los indígenas. Sobre ellas, a una altura superior, inscripciones en castellano y formas religiosas cristianas realizadas por los primeros colonos de aquellas tierras.

Formas religiosas

El equipo de investigadores, encabezado por los profesores Jago Cooper y Alice Samson, apunta que se trata de una especie de diálogo entre ambas culturas. Basándose en la inaccesibilidad de la cueva y su poca exposición exterior, aseguran que fueron los propios indígenas los que condujeron a los españoles hacia la caverna con el fin de mostrarles su santuario. Una vez allí, los españoles dibujaron a una altura superior, cruces y otros símbolos, como tratando de explicar cuáles eran las imágenes de su religión a los primigenios habitantes de la isla. El hecho de que las formas estén en un plano superior y no realizadas sobre las precolombinas es un síntoma de que no se trató de borrar el legado anterior, si no de establecer una especie de diálogo entre ambas culturas a partir de los grabados en la roca.

"Dios te perdone"

Junto a las formas religiosas también se han encontrado inscripciones de frases como “Dios te perdone” y los nombres del capital Francisco Alegre, Myguel Ripoll y Alonso Pérez Roldán. Junto a sus nombres escribieron la fecha de su visita: 1550. Frente a la historia que ha trascendido de lucha y exterminación durante la conquista tras el Descubrimiento, los especialistas de ambas instituciones quieren destacar el sentido de encuentro y conciliación que la inscripciones de la isla de Mona representan entre dos culturas que nada tenían en común, pero que encontraron una forma de comunicarse y entenderse.