El titular de Exteriores, García-Margallo (d) en el Consejo de Ministros, junto al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, la vicepresidenta, Sáenz de Santamaría y los ministros de Justicia, Ruiz-Gallardón y de Defensa, Morenés. Foto: PP



La frase de García-Margallo dicha en enero de 2012 a un eurodiputado británico en Estrasburgo, que se le acercó para felicitarle por su recién nombramiento al frente de Exteriores, fue toda una declaración de intenciones. Aquel “Gibraltar, español” del buen amigo de Mariano Rajoy dio pistas de cuál sería la postura diplomática del Gobierno del PP en cuanto al Peñón. Tal vez, también, el nombramiento de Federico Trillo, el ‘héroe’ del islote del Perejil, como embajador en Londres.

Londres convoca al embajador español
La tensión entre Reino Unido y España con motivo del Peñón es máxima. El Gobierno británico ha convocado al embajador español para trasmitirle su “seria preocupación por los retrasos entre Gibraltar y España”, provocados por los controles aduaneros excesivos ordenados por el Gobierno en la frontera.

“Desafortunadamente desde que está el PP en el Gobierno es la segunda vez que llamamos al embajador”, se lamentaba el ministro principal de Gibraltar, el socialista liberal Fabián Picardo.

Trillo de vacaciones
A la cita en el Foreign Office no ha acudido Federico Trillo, por encontrarse de vacaciones; en su lugar ha ido el encargado de negocios, Ramón Gandarias, quien ha transmitido que los controles son "irrenunciables", ya que Gibraltar no es un territorio comunitario en el que haya libre circulación de mercancías ni régimen común del IVA. Es la misma explicación que dio el cerebro de la política exterior del Gobierno respecto al Peñón, el ministro García-Margallo, a su homólogo británico, William Hague , cuando le llamó el domingo pasado para quejarse por los retrasos en la frontera.

Las alegaciones de García-Margallo a su homólogo inglés
García-Margallo le respondió que España tiene la responsabilidad y la obligación de velar por el cumplimiento de la normativa en materia aduanera en cuanto a la circulación de personas, la detección de la evasión fiscal y la lucha contra el contrabando y otros tráficos ilícitos.

Retrasos de hasta siete horas
El Foreign Office ha emitido un comunicado en el que denuncia los “largos retrasos de hasta siete horas”, el pasado fin de semana y que considera “totalmente desproporcionados” y dañinos para “la prosperidad y el bienestar de las comunidades de ambos lados de la frontera”. Las autoridades de Gibraltar han presentado ya una queja ante la Comisión Europea porque considera que los retrasos fueron provocados “deliberadamente” por el Gobierno español.

García-Margallo se escuda tras los pesqueros españoles
De cara a Reino Unido García-Margallo ha alegado cumplimiento de la ley comunitaria; de cara a la opinión pública española, el ministro ha recurrido al discurso populista, en una alegada defensa de los intereses de pescadores españoles, para justificar su actuación. En declaraciones a Europa Press, el jueves pasado, el titular de Exteriores criticó al Gobierno de Gibraltar por el lanzamiento al mar de varias decenas de bloques de hormigón con pinchos en aguas que rodean el Peñón, en las que suelen faenar los pesqueros españoles. Las autoridades del Peñón han alegado que es parte de la construcción de arrecifes para cobijar a distintas especies marinas.

Se acabó la broma
García-Margallo ha convertido el Peñón en una de las patas de su ministerio, después de que tras su nombramiento advirtiera que respecto al asunto de Gibraltar “se acabó la broma”. Vino después la decisión del Gobierno de que la Reina Sofía no acudiera a los festejos por el 60 aniversario de la coronación de Isabel II, que fue considerado por la mayoría de la prensa británica como “un desaire”.

The Guardian publicó entonces que “las relaciones entre Gran Bretaña y España en torno a Gibraltar han vuelto a un estado de confrontación creciente desde que el Partido Popular de Mariano Rajoy tomó el poder “.

La denuncia de Gibraltar ante la ONU
La actitud del Ejecutivo español llevó al ministro principal del Peñón, Fabián Picardo a denunciar ante la Comisión de Descolonización de la ONU, que Madrid está actuando de manera anticuada, en la línea del discurso de “los representantes del régimen fascista del general Franco”. “Cómo una España del siglo XXI puede adoptar una actitud del siglo XVIII?”, se preguntó.

España se opuso a una federación de fútbol del Peñón
En marzo de 2013, el Gobierno se opuso a que Gibraltar ingresara en la Unión de Federaciones de Fútbol Europeas (UEFA) y ha avisado de que España no competirá con una selección del Peñón. Está claro que el Gobierno no ha dejado de avivar la tensión. Y está claro, también, que García-Margallo se siente muy bien en su papel de reconquistador, aunque, a su favor hay que añadir que no ha pretendido engañar a nadie. Dejó clara su declaración de guerra nada más asumir la cartera de Exteriores y, también, su peculiar vocación de diplomático. El nombramiento como embajador en Londres de Federico Trillo, el exministro de Defensa que capitaneó la reconquista del islote del Perejil, tuvo una connotación cuanto menos simbólica.