¡Sé de qué hablo! Me voy a fijar hoy en dos perillanes -'perillán' es cómo Indalecio Prieto denominaba a Manuel Aznar Alzugaray, abuelo del ex presidente- que, al fin y a la postre, han tenido que sentarse en el banquillo por sus fechorías.

El dóberman Cascos
Amenazaba el dóberman por excelencia con mandar al carajo a la jueza que quiere sentarle en el banquillo por haber acusado a los cuerpos policiales de actividades ilegales o poco éticas simplemente porque le atribuyen -con razón- relaciones con los mafiosos Francisco Correa (Don Vito) y Pablo Crespo. En lugar de dar explicaciones claras respecto a esas relaciones -y de paso, también de otras y de su propio patrimonio econónomico ahora que vuelve a la política y pretende ser lo que nunca será-, fiel a sí mismo, este Cascos que cobraba dietas sin justeza, se revuelve con el trabuco en ristre contra todo aquel que osa poner en cuestión su ética y sus ambiciones.

Como resulta obvio que no podrá demostrar sus injurias y calumnias a la Policía será carne de condena. Nada me gustaría más que le entrullaran. FAC es un enemigo público número uno para todo lo que representa verdad, autenticidad y decencia política.

El bachiller de las listas negras
Miguel Angel Rodríguez, personaje obsceno donde los haya, no tiene un pase. En realidad, a él las ideas, el PP o el PSOE le importan una higa. A él lo que realmente le interesa es el dinero, la fama y la exhibición. Viene de una humilde familia que ha sacado la cabeza gracias a Aznar.

Todavía guardo un papel en el que me pedía un título universitario. ¡Qué jeta! Éste es el auténtico descubridor del genio Ernesto Saénz de Buruaga al que resultaba fácil manipular y controlar. ¡Do ut des! Pero si el interés se tuerce se apuñalarán sin piedad. De hecho ya ha ocurrido. Pero no se engañen: es otro de los que forman parte del círculo multimillonario crecido en la entrepierna de Aznar. Naturalmente, matan por él, manipulan, intoxican y asesinan profesional y socialmente. ¡Mala gente! Obsesionado por el dinero y la fama.

Además de las listas negras vallisoletanas hay otras más recientes, vivitas y censoras. Durante su etapa como Secretario de Estado de Comunicación liquidó cualquier atisbo de crítica a su "conducator" del bigote. Que se lo pregunten, por ejemplo, a Carlos Hernández, entonces en Antena 3, que fue fusilado al amenecer. El que ordenó su ejecución fue MAR y el que apretó el gatillo Saénz de Buruaga. Y es un mero botón de muestra. Porque hay ciento. Jorge del Corral, etc...

En el banquillo por injurias a Montes
Se sienta ahora en el banquillo por haber injuriado gravemente al doctor Montes. A cualquier la puede suceder pero en el juzgado ha dado muestras de su canguelo y de su cobardía: ¡pobrecillo! Dice que no se prepara las tertulias donde va-¡cómo si hiciera falta decirlo , se nota!-. No porque no tenga el más mínimo talento -¡ni siquiera fue capaz de acabar una carrera de letras!-, sino porque sus deudos le llevan para pagar los favores de antaño.

Se ha bajado los pantalones ante el temor que le produce una condena, que llegará, y que desde mi punto de vista llega demasiado tarde. Es un conspirador siniestro -que se lo pregunten a Javier Arenas y a Mariano Rajoy-, mala gente, ambicioso de pasta y de notoriedad que ha constituido a su alrededor una camarilla de incondicionales a los que paga mediante tertulias y alguna otra condescendencia.

Listas negras en Valladolid
Cuando el juez pegue un repaso a tamaño bachiller granulado, en Valladolid se celebrará con júbilo. Nadie olvida allí sus fechorías cuando hacía listas negras contra periodistas que se negaban a bailarle el agua.

En sus declaraciones ante el juez ha retratado él mismo su catadura moral, personal e intelectual. La nada en bandolera.

Probablemente recibirá la condena al mismo tiempo que su antiguo jefe Cascos. Hoy ya sólo les une el oprobio, el ridículo, la búsqueda del dinero a toda costa y, sobre todo, el odio a Mariano Rajoy.

Lo escribió el clásico: no sirvas a quien sirvió ni pidas a quien pidió.

Graciano Palomo es periodista y escritor, director de FUNDALIA y editor de IBERCAMPUS.ES