Las cartas están repartidas y el final anunciado, pero queda por dilucidar, al menos en esta primera intentona, las formas en las que se traduce la partida. Y este martes en el que se iniciaba el debate de investidura de Mariano Rajoy sobre todo la incógnita estaba en el tono que iba a elegir para su discurso a la hora solicitar la confianza de la Cámara, y ahí se especulaba en diferentes medios, señalando a fuentes del PP, con que el presidente en funciones iba a aparcar el tono condescendiente que suele emplear con Pedro Sánchez y que fue especialmente socarrón cuando el líder del PSOE intentó la investidura. El tono no podía ser el mismo ante la obviedad de que era esta vez Rajoy el que iba a reclamar apoyos y aunque no llegó tan lejos como hace seis meses se vio en cualquier caso al líder del PP de siempre aunque más monótono, incapaz de enardecer ni a su bancada y rutinario la mayor parte del tiempo. Incapaz sobre todo de ofrecer nada más en su discurso que el chantaje y el discurso autocomplaciente para exigir, que no solicitar, que le facilitaran la investidura. Exigió apoyos -o más bien abstenciones, aunque no hizo menciones explícitas- recordando las posibles sanciones europeas y un presunto parón de las prestaciones sociales si no hay nuevos Presupuestos para 2017, apeló recurrentemente a la lucha contra el paro y presumió de gestión económica como principales argumentos para que le dejen formar Gobierno. Pero fue más allá, porque no se limitó a pedir que le dejaran gobernar y pidió un Ejecutivo fuerte que pueda trabajar en un plazo largo. Por pedir... 

"Clamor popular" por su Gobierno y advertencias varias
El presidente resumió en tres los motivos por los que estaba allí asumiendo el encargo del Rey: que España necesita un Gobierno con urgencia, que los españoles han señalado su preferencia por el PP y que "no existe alternativa" a la suya. A la hora de extenderse en esos motivos empezó diciendo que "la frase 'España necesita un Gobierno' se ha convertido en un clamor popular" y que el propio Pedro Sánchez habló de la urgencia de ello en su intento de investidura "y han pasado seis meses desde entonces". A partir de ahí narró una presunta "historia de éxito" de la economía española desde su llegada. Ahí es donde deslizó sus primeros 'chantajes' apelando a "razones urgentes" para la formación de un Gobierno como el hecho de que Europa haya postergado las sanciones por incumplir el déficit público, retrasando hasta 2018 la obligación de cumplir el límite del 3%, pero que se activarán las multas si no se aprueban nuevos compromisos con Bruselas antes del 15 de octubre. Sin eufemismos: lo que quería decir es que se tienen que aprobar recortes de manera inminente y si no habrá sanciones. También apeló a la necesidad de contar con los Presupuestos Generales del Estado de 2017, de los que según él "dependen las prestaciones sociales", las inversiones o las ofertas de empleo público entre otras cuestiones.

Rajoy insistió en que "son los españoles también los que me traen a esta tribuna" y que el PP "ha visto crecido su apoyo" en las últimas convocatorias electorales y sus rivales no pueden decir lo mismo. También recalcó que su propuesta "es la única alternativa razoble". Pero además reclamó un Gobierno "estable, fiable y duradero" que no se circunscriba a un año o dos y con el objetivo principal "de afianzar la recuperación y crear empleo". 

En la parte de las propuestas de futuro ofreció como principal activo el acuerdo con Ciudadanos, donde recalcó los aspectos economicos. e instó a conseguir un pacto nacional por la I+D+i para alcanzar en 2020 el 2% del PIB. También reclamó al PSOE abrir una negociación para "preservar la solidaridad de todos los españoles" a la hora de recibir servicios públicos. También presentó el acuerdo con Albert Rivera como la prueba de que se toman en serio la corrupción aunque reconoció que las medidas pactadas "solo serán efectivas con el respaldo" de otras fuerzas, al igual que en las reformas institucionales que han acordado con la formación naranja. 

El desafío independentista como colofón
El punto en el que Rajoy se mostró más vehemente y arrancó más aplausos de los suyos fue cuando apeló a la "amenaza explícita contra la integridad territorial" para reclamar el apoyo de la Cámara, y aseguró que por eso ha incluido con C's "un pacto por la unidad de España y en defensa de la Constitución". Explicó que "el desafío que parodójicamente se atribuye a Cataluña en ningún modo corresponde" a todos los catalanes porque "Cataluña es mucho más que los partidos independentistas y éstos no podrían conseguir sus objetivos sin una enorme fractura", y ahí enarboló la composición del Parlament como prueba de esa diversidad. Sin embargo, a la hora de interpretar la pluralidad del Congreso Rajoy no tiene inconveniente en hablar de "clamor" para que él sea investido presidente aunque los números no le den.

El presidente en funciones concluyó sus indirectas a Sánchez diciéndole que "para que haya una oposición debe haber un Gobierno" y que "está en juego la recuperación", así como que "jamás en Europa se han tenido que repetir unas elecciones" tres veces.