Elena Valenciano, en el centro, es una de las firmantes de la pregunta elevada a la CE. (FOTO: PSOE)



Mucho ha llamado la atención la actitud mostrada por el Gobierno de Hungría con los refugiados llegados en las últimas semanas a su frontera con Serbia. Las imágenes de televisión, las fotografías en medios digitales y las crónicas han revelado un posicionamiento ideológico que en cualquier otro país sería impensable. No han sido pocos los que han calificado los gestos, las declaraciones y las políticas como racistas, algo que tampoco extraña a la vista de la ideología que empapa al partido que lleva las riendas de la nación.

En este asunto, incluso entró en escena la Embajadora magiar en España, Eniko Gyori, comparando lo ocurrido en su país con los episodios vividos en las ciudades autónomas españolas, a una de las cuales, Ceuta, tenía previsto visitar esta semana para saber de la “realidad migratoria”.

Petición en Bruselas
Más allá de comparaciones -no podemos olvidar que hace un año y medio un grupo de personas perdió la vida ahogado a escasos metros de Guardias Civiles y de la playa de Ceuta-, el muro llamado ya de la vergüenza, con una extensión de más de 160 kilómetros, y cuya finalización se produjo el pasado día 15, ha sido la gota que ha colmado el vaso. Ayer mismo, el Grupo Socialista en el Parlamento Europeo, los diputados Javier López y Elena Valenciano, elevaron una pregunta a la Comisión sobre este particular.

En concreto, ambos parlamentarios solicitaron la suspensión cautelar de Hungría como miembro de la UE argumentando que su presidente, Viktor Orban, “ha puesto repetidamente en peligro los principios y valores fundamentales sobre los que se asienta la Unión”.

Brutal y xenófobo”
Ambos eurodiputados, tras calificar el trato que reciben los refugiados por parte del mencionado Gobierno de “brutal y xenófobo”, en la pregunta dirigida a la Comisión aseguran que “es inaceptable que responda con gases lacrimógenos a personas que escapan del terror en sus países de origen”.

Precisamente, los socialistas consideran que las advertencias de las instituciones europeas “sobre el deterioro del estado de derecho” en Hungría no han tenido el efecto esperado. Por ello, llegan a la conclusión de que es preciso “exigir” a los órganos comunitarios correspondientes que “vayan más allá de las meras advertencias y que se planteen una suspensión temporal de Hungría” en el seno de la Unión.

Historial polémico
Los episodios vividos en territorio húngaro esta semanas ponen de manifiesto lo que ya se sabía en Europa pero se dejaba reposar por aquello de no dar titulares. Ahora, con esta crisis salta a la opinión pública mundial la posición de ultra del presidente Viktor Orban, un político que, a nivel interno, no disimula sus filias y fobias.

En este sentido, los eurodiputados socialistas han rememorado que en la 'hoja de servicio' de Orban aparecen “ataques a la prensa” o el “reciente intento de abrir el debate sobre la reintroducción de la pena de muerte”, algo que “absolutamente contrario a los valores de la UE”.

Ahora la pelota está en el tejado de los organismos comunitarios ¿Se debatirá siquiera la posibilidad de la suspensión en un Parlamento con mayoría de derechas?