Desde que detuvieran este martes a José Luis Moreno por delitos de estafa, blanqueo de capitales y pertenencia a una organización criminal, el productor está en el punto de mira. Poco a poco están saliendo a la luz muchos testimonios o se están rememorando episodios de amenazas a presentadoras como a Sandra Barneda o Julia Otero así como las deudas que tiene con otros rostros de la pequeña pantalla como Lydia Lozano o Miguel Lago.

Pero este miércoles, ‘Sálvame‘ ha dado un paso más allá con Rafa Mora, que ha confesado la relación que mantuvo con el productor cuando acababa de dejar de ser tronista de ‘Mujeres, hombres y viceversa’. Según cuenta, Rafa participó en dos capítulos de ‘Esposados’ en Telecinco y al igual que otros compañeros de reparto, ha denunciado que no le pagó. “A mi no me pagó los dos cameos, jamás cobré. Intenté ponerme en contacto con él y no hubo manera”, contaba el colaborador elevando la cifra a 3.000 euros.

“Yo me quedé decepcionado con el trato. Lo veía como un gran productor y el hombre me dio a entender que yo tenía dotes de actor. Yo en aquel entonces era muy joven. Me dio a entender que este mundo va muy rápido y se necesita un padrino para crecer. Me dijo que yo tenía ángel y que llegaría hasta donde yo quisiera. Lo único que necesitaba era tener un padrino y él se ofrecía a ser el mío. Eso me lo dijo en su despacho “, proseguía contando.  

Sin embargo, Mora intentaba no entrar en muchos detalles, aunque Kiko Hernández, que ejercía de presentador, se hacía un íntimo con él hasta conseguir que soltara las propuestas que le hizo. “No accedí a ir a su casa. Me lo propuso en varias ocasiones, incluso por escrito, y siempre me negué. Yo no tenía necesidad económica y eso me dio fuerza a actuar como actué”, desvelapa por fín.

“Tengo miedo a hablar de este tema a la ligera porque considero que es un tío con mucho poder, muchos contactos, que hasta hace cuatro días era un dios en este gremio en el que me quiero seguir dedicando y he invertido tiempo para formarme con el objetivo de tener una carrera larga aquí. Esa es la percepción que yo he tenido todo este tiempo”, agregaba a modo de justificación para no hablar más de la cuenta.

Poco a poco, Rafa se fue soltando y recordaba lo que le sucedió. “Al terminar de grabar nos reunimos y me pregunta si la ropa que tengo es mía o me la han dejado, y me invita a su despacho para hablar conmigo. Me sentía un privilegiado por reunirme con este gran productor. Allí, a los cinco minutos de conversación me di cuenta de que me estaba ofreciendo un tipo de ayuda dándome a entender que le necesitaba para progresar en este medio. Él estaba dispuesto a ayudarme”, decía.

Y añadía: “El problema viene cuando me da su número de teléfono, y yo le envié un mensaje muy cauto dejando claro que hablábamos solo de asuntos laborales, porque había escuchado algunas cosas de otros compañeros y era consciente de lo que él me había explicado sobre ellos, de cómo habían tenido que dejar atrás su vida anterior para irse con él. Él me contesta que va a hacer como que no ha leído ese mensaje, que no he entendido nada de lo que me ha explicado. Yo pensé que ya la había cagado, que había arruinado los proyectos, que eso tendría consecuencias. Pasé unos días delicados, no sabía muy bien como reaccionar“.

“No tuve noticias de él hasta pasados un par de meses. En buen tono me dijo si me apetecía tomar con él un café en París, y yo lo interpreté como que quería romper el hielo después de aquello. Le dije que estaba muy bien con mi pareja en Valencia y no me contestó, hasta pasados otros cuatro meses que me habló como si nada. Ahí ya no le contesté, me dio miedo. El mensaje era en tono cordial, como que podíamos arreglar lo que se había fastidiado, que siempre sería su invitado en su casa cuando fuese a Madrid, pero nunca le respondí a esto”, comentaba entonces Mora.

Yo estaba en una posición privilegiada, tenía dinero, un trabajo y una familia que me respaldaba, pero no sé lo que habría hecho otra persona en mi lugar“, terminaba diciendo Rafa sobre el “acoso” al que se vio sometido.