Más de 70 artistas que han participado en Eurovisión en años anteriores, han firmado este martes una carta donde exigen a la Unión Europea de Radiodifusión (UER), la expulsión de Israel del certamen europeo por la guerra en Gaza y les acusan de ser “cómplices del genocidio de Israel contra los palestinos en Gaza”. Este suceso se produce justo un día después de que el gabinete de seguridad de Israel haya aprobado la ampliación de su operación en la Franja de Gaza, donde prometen “conquistar Gaza y retener los territorios”.
Los firmantes del escrito manifiestan que al permitir la presencia de Israel en Eurovisión, “la UER está normalizando y encubriendo sus crímenes”. De la misma manera, RTVE, en abril de este año, ya le envió una carta a la UER, en la que le pedían abrir un debate sobre la participación del país liderado por Netanyahu. No obstante, declinaron la propuesta.
El representante de Irlanda en 1994 y firmante de la carta, Charlie McGettigan, ha apuntado: "Creo que el gobierno israelí ha estado y está infligiendo genocidio al pueblo de Palestina y por esa razón se le debería prohibir a Israel competir en el Festival de la Canción de Eurovisión de este año".
En la carta recriminan a su vez la decisión del año pasado de incluir a la Corporación Pública de Radiodifusión de Israel (KAN) y ceder "total impunidad a la delegación israelí mientras se reprime a otros artistas" convirtió la edición de 2024 en "la más politizada y desagradable de la historia del concurso". El resultado fue "desastroso", apuntan en la carta.
En este contexto, alaban la decisión que tomó la UER en 2022 de expulsar a la radiodifusora pública rusa, cuando alegaron que tomaban esta determinación atendiendo a las reglas del evento y los valores de los radiodifusores. Por ello les acusan de tener una doble moral, al no hacer nada contra Israel.
La carta de los exconcursantes
Nosotros, los exparticipantes de Eurovisión abajo firmantes, instamos a todos los miembros de la Unión Europea de Radiodifusión (UER) a exigir la exclusión de KAN, la radiodifusión pública israelí, del Festival de la Canción de Eurovisión. KAN es cómplice del genocidio israelí contra los palestinos de Gaza y del régimen de apartheid y ocupación militar que dura décadas contra todo el pueblo palestino .
Creemos en el poder unificador de la música, por eso nos negamos a permitir que se utilice como herramienta para encubrir crímenes de lesa humanidad. El año pasado, nos horrorizó que la UER permitiera a Israel participar mientras continuaba su genocidio en Gaza, transmitido en vivo para que todo el mundo lo viera. El resultado fue desastroso .
En lugar de reconocer las críticas generalizadas y reflexionar sobre sus propios fracasos, la UER respondió redoblando la apuesta: otorgando total impunidad a la delegación israelí mientras reprimía a otros artistas y delegaciones, convirtiendo la edición de 2024 en la más politizada , caótica y desagradable en la historia de la competencia.
El silencio no es una opción. Ante el auge de los movimientos autoritarios y la extrema derecha en todo el mundo, nuestro deber de alzar la voz se ha vuelto aún más apremiante. Por lo tanto, nos unimos para declarar que la complicidad de la UER con el genocidio de Israel debe cesar.
Al seguir defendiendo la representación del Estado de Israel, la UER está normalizando y encubriendo sus crímenes. La UER ya ha demostrado su capacidad para tomar medidas, como en 2022, cuando expulsó a Rusia de la competición. No aceptamos esta doble moral con respecto a Israel.
Nos solidarizamos con los concursantes de este año y condenamos la reiterada negativa de la UER a asumir su responsabilidad.
Como cantantes, compositores, músicos y otras personas que hemos tenido el privilegio de participar en Eurovisión, instamos a la UER y a todos sus organismos de radiodifusión miembros a que actúen ahora y eviten un mayor descrédito y perturbaciones del festival: Israel debe ser excluido de Eurovisión.
Polémica en la última edición
El año pasado se desató la polémica sobre la participación de Israel en el certamen musical pero la UER justificó su presencia afirmando que se trata de "un concurso para emisoras, no para Gobiernos" y señaló que Eurovisión es un evento ”apolítico”.
Sin embargo, exigieron a la delegación israelí la modificación de la letra de su canción por su contenido político. Israel primero presentó su primer tema: October Rain (Lluvia de octubre), el cual hacía referencia al asesinato de israelíes en el ataque de Hamás del 7 de octubre, que fue rechazado por la UER por su claro contenido político. Después presentaron otra canción: Hurricane (Huracán), que fue finalmente aceptada después de que se cambiarán algunos versos de la letra que también hacían alusiones a asuntos políticos relacionados con el atentado.
La representante israelí, Eden Golan, recibió tanto aplausos como abucheos del público durante su actuación; y algunos candidatos se negaron a coincidir en los ensayos con ella.