El juez Juan Carlos Peinado no deja de, como se dice coloquialmente, dar palos de ciego en la investigación a Begoña Gómez, mujer del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tratando de hallar un mínimo resquicio de culpa en éste después de no haber encontrado absolutamente nada punible en más de un año. 

En los últimos días, el magistrado no ha ido solamente contra la esposa del líder del Ejecutivo, sino también contra parte del equipo de La Moncloa, concretamente contra el ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños. Lo ha hecho elevando al Tribunal Supremo (TS) una exposición razonada que contiene declaraciones tergiversadas del declarante, y no es la primera vez que sucede.

Un desmán detrás de otro

Peinado ha incurrido en una situación de este tipo, al menos, hasta en dos ocasiones más anteriormente en el transcurso de la misma investigación. Una de estas veces fue referida al presidente del Centro de Estudios del Instituto de Empresa, Juan José Güemes, a la vez una de las personas de máxima confianza de la otrora presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre.

En su caso, estuvo imputado cerca de medio año porque el juez afirmó que su testimonio sobre la contratación de Gómez se contradecía con el que había prestado previamente en el juzgado la jefa de Recursos Humanos del organismo, Sonsoles Gil de Antuñano. Sea como fuere, las dos declaraciones dejaban claro que la directora no dijo lo que el magistrado trasladó en su pregunta a Güemes en el juzgado.

El empresario pasó de la calidad de testigo a la de investigado en prácticamente un instante, siendo esta estrategia la misma que el juez había aplicado anteriormente al empresario Juan Carlos Barrabés, sobre el que tanto Peinado como parte de la derecha y extrema derecha pusieron el foco obviando con ello que había cerrado contratos en los últimos años con administraciones de muy distinto color político.

La declaración de Güemes y su subordinada se grabaron, por lo que quedó claro que la interpretación de sus palabras se trataba de una invención del juez. Y después de esto volvió a pasar lo mismo para reconducir, otra vez, la situación hacia donde le interesaba al togado.

 En la que supondría su enésima maniobra, el juez repitió una maniobra para forzar un careo entre la asesora que vuelve a aparecer en las líneas del último documento -el dirigido a Bolaños- y un antiguo cargo de Moncloa.

Cabe destacar que en este caso, Alfredo González Gómez, vicesecretario general de Presidencia en el momento de los hechos, ratificó ese punto y sostuvo que, aunque él firma los nombramientos, en este apartado la propuesta de contratación no partió de la Secretaría General de Presidencia, entonces capitaneada por el responsable de Presidencia, sino del Gabinete de Presidencia.

El abogado de Álvarez presentó un escrito advirtiendo de la falta de discrepancia entre ambos testimonios. El juez suspendió aquel careo porque la asesora de la mujer de Sánchez tenía un viaje y nunca volvió a retomar la iniciativa.

Última instrucción del polémico magistrado

La última instrucción del juez Peinado contra Bolaños es, a todas luces, incomprensible, incluso para los profesionales del Derecho. La semana judicial ha estado marcada precisamente por este documento, al que ha tenido acceso a ElPlural.com y que algunos letrados han calificado como “desconexo, mal redactado, sin fundamentar y a menudo incomprensible”.

El magistrado concluía con la imputación del ministro por falso testimonio y malversación de caudales públicos. Para defender lo primero, emitía lo siguiente: "Que dicho investigado, Félix Bolaños García, en su declaración el día 16 de abril del año 2025 en calidad de testigo, efectuada en su despacho oficial bajo juramento, tras sucesivas reticencias, manifestó que el nombramiento de Cristina Álvarez Rodríguez lo habría realizado la persona que emitió el certificado”.

Y añadía. “Ese hecho fue negado por dicha persona, Raúl Díaz Silva, cuando declaró, en dos ocasiones, como testigo y bajo juramento. Consecuentemente, siendo el investigado, Félix Bolaños García, ministro de Justicia, y por tanto, el Notario Mayor del Reino nos encontramos, ante el paradigma de un oxímoron cuando estando bajo juramento, y en una diligencia judicial, su testimonio, en una actitud totalmente proterva, no se ajusta a la realidad, lo que debe ser considerado, como un testimonio falso, y lo que constituye el indicio principal, para que, se eleve, esta exposición razonada, por el delito de falso testimonio”.

Acerca de la contratación de la asesora, emitía que Álvarez “con independencia de las otras funciones que pudiera realizar, efectuó múltiples trabajos para la actividad privada de la esposa del presidente del Gobierno (...) sin relación alguna con las funciones para las que había sido nombrada, y ajenas a aquellas". Sin embargo, a juicio del polémico juez, la asesora solo podía realizar actividades "meramente protocolarias, y sin ánimo de lucro o de carácter benéfico”.

El auto se viralizó por otra cuestión que, si bien un error, provocó todo tipo de reacciones, y es que Peinado ‘mató’ a la mujer de Sánchez, dado que cambió el entierro del padre de Gómez por el de ella. “En algunas ocasiones ha coincidido con las dos, unas dos o tres veces, alguno era un acto político, de presentación de candidatura de presidente del gobierno para las generales de 2019, pero no recuerda exactamente dónde. La última fue en el tanatorio por la muerte de la Sra. Begoña Gómez", se desprende del escrito.

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