Pedro Sánchez suma un nuevo frente interno. Esta vez, no desde las bases ni desde los barones, sino desde un grupo de 38 exministros, expresidentes autonómicos y antiguos altos cargos del PSOE que, en una carta publicada este martes, exigen su dimisión como secretario general y la convocatoria de un Congreso Extraordinario. Denuncian una “grave degradación institucional” y reclaman una gestora que “restituya el honor del partido”.

Pero los nombres que figuran en la misiva no son ajenos a la polémica ni representan precisamente una regeneración ejemplar. Entre ellos, aparecen condenados por corrupción, dirigentes expedientados por apoyar al PP e incluso implicados en la guerra sucia del Estado contra ETA. De ahí que la iniciativa haya sido bautizada con sarcasmo como “el club de resentidos” contra Pedro Sánchez.

Del Ministerio del Interior a la cárcel... y luego al indulto

Dos de los firmantes más destacados son José Barrionuevo y Rafael Vera, protagonistas de uno de los episodios más oscuros del socialismo de los años 80. Ambos fueron condenados en 1998 a diez años de prisión por malversación y secuestro por su implicación en los GAL, los Grupos Antiterroristas de Liberación creados desde el Ministerio del Interior para combatir a ETA al margen de la ley. La sentencia probó que ordenaron y financiaron el secuestro del ciudadano francés Segundo Marey.

Pese a la gravedad de los hechos, Barrionuevo y Vera no cumplieron toda la condena. Fueron indultados parcialmente en 2001 por el Gobierno de José María Aznar, gesto que generó un profundo malestar en las filas progresistas. Años después, ambos han reaparecido para exigir “honestidad” en la dirección socialista.

La carta cuenta también con el respaldo del expresidente andaluz José Rodríguez de la Borbolla, del exlíder del PSM Tomás Gómez, o de los exministros Javier Sáenz de Cosculluela y César Antonio Molina. A ellos se suman expresidentes del Senado como Juan José Laborda y Javier Rojo, y viejos diputados como Alejandro Cercas o Elena Flores. Todos unidos por un mismo diagnóstico: que el PSOE ha perdido el rumbo bajo el liderazgo de Pedro Sánchez.

En la carta se señala directamente al presidente por “la quiebra de la separación de poderes” y por permitir “la corrupción en su entorno”. Aunque no mencionan nombres, el texto se publica en plena polémica judicial en torno al ‘caso Begoña Gómez’, que la Audiencia Provincial de Madrid ha pedido archivar por falta de indicios delictivos.

Redondo, Leguina y el elogio a Ayuso

Entre los firmantes también está Nicolás Redondo Terreros, exlíder de los socialistas vascos. Su nombre volvió a la primera línea en 2021 cuando participó en un acto junto a Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid. El PSOE le abrió expediente por entonces, al considerar que su alineamiento con las tesis del PP vulneraba los principios del partido. La sanción derivó en su expulsión definitiva en 2023.

Algo similar ocurrió con Joaquín Leguina, expresidente socialista de la Comunidad de Madrid y otro veterano crítico con Sánchez, aunque en este caso no figura entre los firmantes de la carta. Leguina también fue sancionado por apoyar públicamente a Ayuso en la campaña electoral autonómica, alegando que ella defendía “la libertad”.

Estas derivas hacia el conservadurismo de figuras históricas del PSOE alimentan las dudas sobre la intención última del manifiesto. ¿Se trata de una defensa del ideario socialista o de una ofensiva política más amplia? Muchos observadores destacan la paradoja de que quienes hoy acusan a Sánchez de “degradar el partido” sean los mismos que colaboraron con gobiernos del PP o que fueron protagonistas de escándalos éticos y judiciales.

Desde la dirección del PSOE, la respuesta ha sido el silencio. De momento, no se ha emitido ninguna valoración oficial, aunque fuentes internas consultadas por la agencia EFE limitan la importancia de esta misiva y la enmarcan dentro de un “club de resentidos” que pretenden dar “lecciones de comportamiento ético” cuando no son “ni vírgenes ni puros”.

La carta de los exdirigentes, sin embargo, vuelve a evidenciar las viejas fisuras del PSOE. Una parte del viejo aparato felipista nunca terminó de aceptar la deriva plurinacional ni las alianzas con partidos independentistas que Sánchez ha forjado en los últimos años. La amnistía, la gobernabilidad pactada con ERC y Junts, y el estilo presidencialista del actual líder han reactivado a sectores nostálgicos de un PSOE más centralista y moderado.

Súmate a El Plural

Apoya nuestro trabajo. Navega sin publicidad. Entra a todos los contenidos.

hazte socio