La complejidad del escenario geopolítico le ha servido a Moncloa para reorientar el debate público. Al menos en estas últimas 48 horas. En apenas dos días, el Gobierno ha arrancado un acuerdo histórico a una OTAN que, condicionada por el empuje belicista de Donald Trump, exigía elevar las partidas aliadas en defensa al 5% del PIB un mes después de fijarlas en el 2%. Plante transatlántico que se suma a la presión de José Manuel Albares en Bruselas para que la Unión Europea suspenda sus acuerdos comerciales con Israel, emprenda un embargo armamentístico y se abra la puerta a sanciones contra quienes violentan los Derechos Humanos en la Franja de Gaza y la solución de los dos estados. A título particular, eso sí. Palancas exteriores que tienen una derivada nacional a modo de guiño para unos socios que han subido el precio de su apoyo tras el estallido de la bomba Santos Cerdán.

Sánchez anunció el domingo, en una comparecencia por sorpresa, que había arrastrado a la Alianza Atlántica hacia su posición tras una ardua negociación. Desde el primer momento, España no estaba por la labor de aceptar el órdago de su homólogo estadounidense. Máxime cuando no hace ni un mes que el Gobierno transformaría el compromiso de la Administración de Mariano Rajoy en una realidad al elevar las partidas destinadas a Defensa y Seguridad hasta el 2%. Un movimiento que no le salió barato al Ejecutivo, pues abrió una profunda brecha en las alianzas parlamentarias y también en el seno de la coalición, donde el socio minoritario manifestó su oposición frontal.

Un 5% resultaba inasumible en términos económicos, como expuso el propio presidente en su comparecencia, pero también políticos. Los socios están al acecho y han redoblado la vigilancia sobre el Partido Socialista tras la crisis generada por el caso Koldo. Los aliados olieron sangre y, a pesar de que ninguno se plantea romper los puentes, elevan el precio que cuesta su sustento parlamentario. El más beligerante ha sido Podemos, que ni tan siquiera participó en la ronda de consultas de Sánchez de la semana pasada para no “blanquear” la corrupción. El resto se mantienen, pero al mismo tiempo advierten.

Y aquí aflora la importancia de la comparecencia del domingo y por ende del acuerdo con la OTAN. Un pacto que, sin embargo, el secretario general de la Alianza ha rebajado unos cuantos tonos. Sobre todo en lo relativo a la cuantía a aportar, pues considera el 2,1% por Sánchez del todo “insuficiente”. Pero más allá del debate presupuestario, en el fondo de la cuestión prevalece que los socios atlánticos reconocen la “excepción ibérica” de España con el gasto en defensa.

Y así lo transmite el propio Gobierno en sus declaraciones posteriores, en las que han revestido el pacto de crucial. Sobre todo a la hora de confrontar con un PP que se ha visto obligado a recurrir a un bulo para contrarrestar lo que en Moncloa catalogan de éxito sin precedentes. De hecho, creen que si Feijóo liderara el Ejecutivo, España hubiese claudicado. Por ello, remarcan la postura firme del Gobierno y reivindican que ha sido capaz de torcer el brazo a toda una OTAN que baila al son de Donald Trump.

Ruptura con Israel

Además, Pedro Sánchez ha tenido un nuevo gesto con sus socios en lo relativo a la condena de Israel y sus ataques en Oriente Medio, ya no solo en Gaza, sino también en otros lugares, como Irán o Yemen.

Así, el jefe de la diplomacia española, José Manuel Albares, ha metido presión este lunes en Bruselas en la reunión de ministros de Exteriores comunitarios ante los indicios de que el Estado de Israel incurrió en violaciones “flagrantes” de Derechos Humanos en su ofensiva en Gaza.

Por ello, Albares ha reclamado “valentía” a sus colegas comunitarios para empezar a dar pasos contra Israel, ya que el informe del Servicio de Acción Exterior de la Unión Europea apunta a violaciones de derechos. En este sentido, ha llamado a suspender “inmediatamente” el Acuerdo de Asociación con Israel, además de un embargo a la venta de armas y sanciones individuales contra “todos aquellos que quieren malograr definitivamente la solución de dos Estados”.

Necesitamos valentía. La etapa de las palabras y las declaraciones ya ha quedado atrás. Los palestinos de Gaza requieren medidas concretas”, ha subrayado Albares haciendo un claro llamamiento a que Bruselas supere la fase de denuncia y avance en decisiones firmes y contundentes contra el genocidio israelí sobre el pueblo palestino.

Respecto a los ataques de Israel y Estados Unidos a Irán también el Gobierno de Pedro Sánchez ha hecho referencia. Fue el propio presidente este domingo el que exigió “contención a unos y a otros” en plena escalada bélica con lanzamientos de misiles entre Irán e Israel en los últimos días y los bombardeos orquestados por Estados Unidos contra instalaciones nucleares del régimen de los ayatolás.

En este sentido, Sánchez recordó que “las guerras no tienen ganadores nunca” y que España tiene “una vocación clara de paz, desarrollo, cooperación y multilateralismo”. “No queremos más conflictos, queremos más derechos, más justicia, más dignidad, porque la mejor forma de evitar guerras es generar prosperidad y esperanza”, remarcó, añadiendo que necesitamos “capacidad de disuasión pero la firme decisión de preservar la paz”.

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