Miguel Bosé ha vuelto a situarse en el centro de la polémica después de acudir a un evento negacionista en Palma de Mallorca en el que se lanzaron discursos sobre los 'beneficios' de consumir clorito de sodio, es decir, lejía. La noticia llegaba hasta los platós de televisión, donde se han vuelto a cuestionar los peligrosos discursos del cantante. Entre los programas, Espejo Público, donde Gonzalo Miró se plantaba ante Miquel Valls al poner el tema sobre la mesa. 

"Bosé, ‘orgullosamente’ negacionista", se podía leer en un rótulo del programa de Antena 3. El magacín informaba del relato que Bosé había aportado en el acto organizado por el curandero Josep Pàmies: "Sufrí tuberculosis y me curé con clorito de sodio tras un infierno farmacológico", decía el artista. Espejo Público contaba con el testimonio de Esther Ballesteros, periodista que se desplazó hasta la isla y pudo confirmar algunos detalles a los colaboradores.

"¿Esto no se puede considerar un delito para la salud pública?", intervenía entonces Gonzalo Miró, en un tono muy serio. Aunque se trata de una cuestión que está bajo investigación, la periodista reconocía que los organizadores del acto midieron mucho sus palabras con el fin de evitar represalias legales. Los colaboradores mostraron su rechazo y condenaron estos discursos basados en la pseudociencia, siendo Miquel Valls uno de los más contundentes. 

"Al final estamos hablando de charlatanes que se aprovechan de personas muy vulnerables", decía el catalán. El copresentador cuestionaba que una figura pública como Miguel Bosé no se lo pensara dos veces antes de dar voz a estos discursos: "Yo me pregunto, ¿qué necesidad tiene Miguel Bosé de hacer esto? Como persona pública que es, como ídolo de masas que es o ha sido durante muchísimos años, tiene una responsabilidad ante la sociedad. Hay personas que hoy han visto aquí la cara de Miguel Bosé y han dicho 'voy a probarlo". 

Aparentemente alarmado por lo que acababa de escuchar, Gonzalo Miró intentaba echar el freno a su compañero: "A ver, a ver, a ver...". "Sí, Gonzalo, es así", insistía Valls, elevando el tono. No obstante, el colaborador intentaba quitarle hierro al asunto: "Oye, a mí me encanta Miguel Bosé como artista. Me encanta su música, y esto me parece un disparate. El hecho de verlo ahí no significa que la gente vaya ahora a volverse loca a beber lejía".

"Si tú no tienes ya esa desconfianza en el sistema, si no vienes con esa tara ya de casa, ¿tú crees que se van a tomar lejía porque lo diga Bosé?", defendía el también periodista deportivo, antes de que Beatriz de Vicente se posicionara en el bando de Miquel Valls. "Es gente muy manipulable. Si está Bosé, que es una persona afamada, inteligente... Si él está, por qué no yo, pensarán", argumentaba ella. 

Como si de dos equipos de debate se tratara, Lorena García se colocaba del lado de Miró: "Es gente que tiene que estar ya en estos círculos. Yo creo que ninguno de nosotros, nos lo diga Miguel Bosé o el Papa de Roma, vamos a tomar algo que consideramos que no es correcto". "Exacto, tiene que ser alguien descreído", decía Miró para zanjar el tema y cerrar el bloque. 

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