El testimonio con el que Carles Francino volvía a la radio después de haber superado el coronavirus ha removido conciencias, especialmente después de las imágenes de aglomeraciones que se han reproducido en distintos puntos de España al caer el estado de alarma.

Entre las reacciones que más han destacado sobre el regreso del locutor a Cadena Ser destaca la del actor Fernando Guallar, que ha querido compartir en sus redes sociales las secuelas que ha tenido la covid sobre él.

"Tengo 32 años y llevo cuatro meses en tratamiento por una trombosis pulmonar a causa del covid", decía en su cuenta de Twitter. "Creo que es necesario que mucha gente joven conozca este tipo de casos para que se piense dos veces su comportamiento ante este desastre", decía sin dudar para "suscribir" las palabras de Francino.

Francino regresó a la radio

Carles Francino ha regresado este lunes a ‘La Ventana’ de la Cadena Ser tras haber estado ausente varias semanas tras haberse contagiado por coronavirus. En su regreso ha explicado las vivencias de su lucha, cómo evolucionó y qué le llevó a ser ingresado de urgencia en el hospital. También ha confesado que la persona que le contagió ha fallecido y ha denunciado los episodios que se han visto este fin de semana en las calles de diferentes ciudades tras el fin del estado de alarma.

“Hace 47 días me dijeron que tenía que marcharme de la radio porque había sido contacto estrecho con alguien positivo. Me fui a casa cabreado como una mona porque pensaba que era una medida muy exagerada”, ha comenzado explicando.

A continuación, Francino ha relatado completamente conmocionado y entre lágrimas que tuvo que ser ingresado en el hospital y llegó incluso a sufrir un ictus: “Este puñetero virus no atiende ni a deporte, ni a razones ni a nada. A los cinco días de dar positivo tuve que ingresar de urgencia en la Fundación Jiménez Díaz con fiebre muy alta, el ánimo bastante bajito y el oxígeno muy bajo también. Las pasé canutas en algún momento, sobre todo en 48 horas”.

“Los indicadores eran muy altos, incluso un ictus, del que, toco madera, parece que no me ha quedado ninguna secuela. Perdí 6 kilos, masa muscular, la voz… me asusté”, ha añadido también entrecortándose por la conmoción. “Yo salí, pero el contacto estrecho que es un familiar muy próximo murió el 12 de abril y otro muy próximo también se recupera muy lentamente”.