Jorge Fernández ha desvelado un grave problema de salud por el que estuvo a punto de abandonar su habitual puesto al frente de La ruleta de la suerte.

En agosto de 2019, el presentador ya compartió una impactante fotografía en sus redes sociales en las que se evidenciaba su pérdida de peso: “Es cierto que he perdido 8 o 9 kilogramos en este último año, pero es debido a un problema digestivo que me está costando solucionar”, explicó.

Años más tarde, Fernández ha vuelto a pronunciarse para hablar de esta etapa de su vida tan complicada, ya que le diagnosticaron la enfermedad de Lyme después de una subida de mercurio en la sangre y una picadura de una garrapata. En este sentido, ha revelado las dificultades emocionales que esta situación le generaba a nivel laboral: “¡Cuántas lágrimas he soltado antes de salir a grabar!”, ha confesado en una entrevista con la revista Men’s Health.

El también modelo reconoce que, tras superar la enfermedad, debería haber frenado aquella época de su vida y haberse centrado en su recuperación: "Tenía que haberme retirado del programa porque estaba fatal, pero soy muy cabezón. Esto no lo sabe nadie, pero muchos días en el camerino, dos minutos antes de salir a grabar, me miraba en el espejo y llamaba a la sastra y le decía con lágrimas en los ojos 'cógeme un poquito más la camisa por aquí, joder, que he vuelto adelgazar...', y luego salía como podía. Entraba a plató forzando la sonrisa y… “¡Bienvenidos a la Ruleta!", ha valorado.

Enfermedad de Lyme

Fernández explicaba así a la revista la complicada situación que afrontó al padecer la enfermedad de Lyme durante tres años: “No podía ni levantar un vaso. Me dolía todo. Mi cuerpo rechazaba hasta el agua, no podía verme en el espejo. Sentí rechazo hacia mí mismo, fue brutal”, confesaba.

El problema principal vino por los bajos niveles de mercurio, causa a la que el presentador justifica como “una mala gestión del estrés” y por la que las bacterias llegan a la sangre, algo que le afectó después al estómago.

Conforme su estado fue empeorando, su salud física y mental también: “Tres años es mucho tiempo viéndote mal, cada vez peor, sin que nadie dé con la tecla, sin que nadie sepa lo que tiene", lamentaba, aunque, por suerte, pudo superarla y retomar su cauce vital.