Paz Padilla no pasa por su mejor momento. Tras abandonar el plató de Sálvame y tener que cerrar uno de sus negocios, la presentadora ha estado alejada de la gran pantalla.

El pasado 20 de enero, la presentadora y Belén Esteban protagonizaron una bronca a cuenta de las declaraciones de la humorista asegurando que "las vacunas no sirven para nada". Aunque nunca se llegó a afirmar, se señaló a Paz Padilla de negacionista y no estar vacunada. "Porque tú lo digas, estoy flipando, tío. Estoy alucinando. ¿Por qué no creo en la vacuna? Venga, Belén, te has metido tú solita en esto", le retaba Paz Padilla.

Ahora se ha conocido que la presentadora "está muy molesta y dolida", tal y como recoge Jaleos. La presentadora entiende "que no se la ha tratado con el respeto que merece, no ya por ser presentadora, sino como persona". Según la fuente, "se vio profundamente desamparada y muy impotente ante una mentira".

"Es que no fueron conscientes de lo que dieron a entender esa tarde de Paz y el daño público que se le podría haber hecho porque lo dicho, dicho queda", recoge la citada publicación.

Además, explican que en un principio no se ha tratado de una marcha definitiva, sino que había pedido unos días de descanso y reflexión por lo ocurrido. Por ello, pidió a sus jefes volver "con condiciones".

"Paz ha pedido un tiempo de reflexión y en eso está", explica la persona de su entorno. Hasta ahora, y es que el nuevo fichaje de Adela González como presentadora, "se ha entendido como una declaración de intenciones" por parte de la productora y la cadena.

Sin relación con varios de sus compañeros

Además, dado que se lleva mal con varios con sus compañeros, su vuelta se antoja compleja. Y es que tras su salida, no mantiene ninguna relación ni con Belén Esteban ni con María Patiño, a las que ha llegado a dejar de seguir en las redes sociales.

No obstante, la humorista sigue percibiendo ingresos de sus redes, donde la siguen 2,3 millones de personas, así como de su chiringuito Los Tanuantes, abierto desde 2017 en Zahara de los Atunes (Cádiz). Además, posee Can Miquelet, una casa rural en Girona que alquila regularmente.