La nueva Telecinco puso toda la carne en el asador para albergar la octava edición de 'GH VIP' con un objetivo clave: volver a viralizar sus contenidos con un formato siempre amado y aclamado por los espectadores. Sin embargo, preocupaba ese mantra que pesa sobre el rumbo actual de la cadena a la hora de ser aplicado en el reality show por excelencia de nuestra televisión. A juzgar por lo ocurrido durante los últimos días en la casa de Guadalix de la Sierra, la audiencia no quiere un 'Gran Hermano' blanco y familiar.

Solo es necesario hacer un repaso por los comentarios publicados en redes sociales para advertir que la presente edición necesitaba elevadas dosis de "salseo". Hasta la fecha, prácticamente no encontrábamos tramas lo suficientemente atractivas como para convertirse en virales... hasta que la relación de Albert Infante y Michael Terlizzi explotó por los aires. El habitáculo de la sierra madrileña comenzaba a girar alrededor de este asunto, opacando prácticamente todo lo demás.

Ojo, porque no es la primera "carpeta" que asoma en la octava edición de 'GH VIP 8', pero las comparaciones son odiosas. Los idilios interruptus entre Pilar Llori y Luitingo, además de ese acercamiento distante entre Susana Bianca y Zeus, han sido calificados por una inmensa mayoría de "montaje". A juzgar por lo que se transmitía al otro lado de las pantallas, la verdad en esos sentimientos que vendían tener brillaba por su ausencia. Y eso siempre se traduce en una penalización drástica por parte de la audiencia.

¿Por qué los espectadores no quieren un reality blanco y familiar? Básicamente, porque por definición es muy complicado que estos términos sean inherentes a 'Gran Hermano'. La esencia real del programa salió a relucir durante la tercera semana de octubre. Albert Infante activaba el protocolo de abandono tras una cena con Michael Terlizzi donde le confesó sus sentimientos reales. "Me siento humillado, tonto, gilipollas. Todo. Viene una persona nueva y se está yendo. No me lo merezco. Sé que me ha dicho que no pero luego no es lo que hace. ¡No puedo más! Me quiero ir, por favor", decía llorando.

Esta trama se propagó por toda la casa a la vez que resucitaba la esencia real de este formato. Laura Bozzo y Carmen Alcaide comenzaron a mojarse de manera contundente para defender a su compañero. Es más, ambas se convirtieron en el escudo de Albert sin ningún tipo de línea roja, enfrentándose a diestro y siniestro contra todo aquel dispuesto a contradecir la versión de los hechos que ellas consideraban correcta. La presentadora hispanoamericana incluso llegó a brotar como nunca, lo que terminó provocando la reprimenda de la organización del programa.

Un buen salseo con elevadas dosis de enfrentamientos provocó que el programa viviese un repunte en los comentarios en redes sociales. Aunque muchas veces no suele ser así, el aumento en audiencias también fue considerable. 'GH VIP: Última Hora' (8,2% y 1.110.000) alcanzó su máximo de temporada con 2.407.000 espectadores únicos, cuando se contaba a los espectadores todas y cada una de las incidencias desde Guadalix de la Sierra (Madrid). 

Las carreras se sucedieron por la casa, los enfrentamientos inundaron el canal 24 horas de Mitele y, como era de esperar, las redes enfervorecieron. Una buena parte de ellos no cesaban en su empeño de comunicar que era algo que se echaba demasiado en falta a juzgar por la "calma", si puede utilizarse este término, que parecía haberse asentado. Prueba de que estaban en lo cierto es que, poco antes, la organización decidió introducir en la competencia a tres aspirantes de lo más polémicos: José Antonio Avilés, Naomi Asensi y Yiya del Guillén.

El aviso de la organización a Laura Bozzo

Lara Álvarez hablaba abiertamente de "expresiones absolutamente inaceptables" vertidas por Laura Bozzo contra uno de sus compañeros. En este sentido, la peruana llegó a amenazar con "agarrar un cuchillo y perseguir" a Michael puesto que interpretó que este se estaba riendo de Albert. "lo voy a agarrar a ese infeliz y lo voy a destruir", aseguró después en este sentido.

"Sabemos que eres muy temperamental y que inmediatamente después de hablarle así le pediste disculpas, pero hay expresiones que no se pueden tolerar", dijo la presentadora de 'GH VIP: Última hora'. Sin embargo, Bozzo expresó su rotundo desacuerdo: "Si quieren que me vaya, a tomar por culo. A mí no me interesa. Yo me voy. ¿Te crees que necesito estar aquí? ¿Sabes quién soy? A mí no me reprende ni el presidente del Telemundo".