La pandemia del coronavirus ha avanzado a un ritmo vertiginoso, lo que ha obligado a las comunidades científicas a trabajar sin descanso, no solo para encontrar la vacuna, sino para descubrir información relevante sobre cómo funciona el virus. Se sabe que los glóbulos blancos conocidos como Linfocitos T juegan un papel crucial en la inmunidad frente al coronavirus y más aún cuando los anticuerpos pueden desaparecer o volverse indetectables a los pocos meses de haber contraído la enfermedad.

Un nuevo estudio elaborado por científicos de Berlín ha concluido que hasta un 35% de los participantes en la investigación tienen presente en su organismo ciertos anticuerpos frente al coronavirus sin haber llegado a pasar la enfermedad. Esto se debería a los resfriados comunes estacionales, ya que una quinta parte de ellos estarían provocados también por varios tipos de coronavirus (losHCoVs) que habrían podido entrenar al organismo para estar preparado ante el SARS-CoV-2. Aún tiene que reafirmarse con próximos estudios, pero este descubrimiento tendría una gran relevancia para establecer estrategias de inmunización de la población y facilitaría mucho para alcanzar la inmunidad de grupo una vez que las vacunas estén desarrolladas.

Otro nuevo trabajo científico realizado por la Universidad israelí de Bar Ilán ha concluido que los buenos niveles de vitamina D en el cuerpo ayudan a combatir el coronavirus. La también vitamina del sol es conocida por ayudar en procesos físicos relacionados con el metabolismo de los huesos y el calcio y con otras enfermedades, como algunas dolencias autoinmunes, cardiovasculares, diabetes tipo 2 u obesidad.

Según el estudio llevado a cabo con 782 pacientes positivos en Covid y 7.025 negativos se concluye que un nivel bajo de vitamina D es un factor de riesgo en la infección y hospitalización. Los científicos insisten en que no creen que la vitamina D impida contraer el coronavirus, pero sí creen que aumenta la capacidad del cuerpo para combatirlo una vez infectado.