UEFA vuelve a estar en la diana de las críticas. Durante el encuentro de cuartos de final del sábado que enfrentaba a República Checa y Dinamarca tuvo lugar un incidente en las gradas que deja al organismo, de nuevo, en entredicho. Los miembros de seguridad del Estadio Olímpico de Bakú le retiraron una bandera LGTBI a un aficionado danés. Las fotografías han dado la vuelta al mundo y el organismo presidido por Aleksander Ceferin emitió un comunicado para defenderse.

El ente federativo que rige el fútbol europeo no gana para disgustos de un tiempo a esta parte. A la crisis de la Superliga se le han sumado una iteración de polémicas con la bandera LGTBI en los estadios de la Eurocopa. Hace unas semanas, UEFA tuvo que echar marcha atrás tras amenazar con la apertura de un expediente al portero de la selección alemana, Manuel Neuer, por portar un brazalete con la enseña arcoíris.

Tras esto, y ante la posición retrógrada del gobierno húngaro, aprovechando el partido del combinado germano ante Hungría, los teutones advirtieron de que iluminarían el estadio del encuentro con los colores de la bandera LGTBI. UEFA intentó evitarlo, aunque poco después sacó un comunicado tiñendo su logo de arcoíris y defendiendo la diversidad.

Sin embargo, pese a que las aguas parecían ya apaciguadas, en los cuartos de final una bandera LGTBI le costaría otro disgusto más al ente federativo europeo. En el Estadio Olímpico de Bakú se disputaba el tercer encuentro correspondiente a la citada ronda de la Eurocopa que enfrentaba a República Checa y Dinamarca, que se resolvió con victoria para el combinado nórdico.

Pero la polémica volvió a situarse en la grada, cuando los miembros de seguridad del Estadio Olímpico de Bakú se acercó hasta un aficionado danés, que había sacado una bandera LGTBI para reivindicar los derechos del colectivo. Las fotografías han dado la vuelta al mundo al identificar como el staff se la retiró y, por supuesto, confiscó. [Pinche en la imagen para ver las fotografías]

Las fotos de la retirada de la bandera LGTBI en el estadio de Bakú

Ante la polvareda levantada tras la publicación de las fotografías, UEFA se vio obligada a emitir un comunicado para defenderse, de nuevo, de las acusaciones de homofobia. El organismo que dirige Ceferin ha alegado que jamás dieron la orden de “confiscar” este tipo de objetos.

“La UEFA no ha dado nunca como consigna a los empleados del estadio en Bakú, o de cualquier otro estadio, que confisquen las banderas arcoíris”, destacó el ente organizativo en la nota emitida.

Además de esto, UEFA esgrimió que las “primeras informaciones” que le llegaron es que el aficionado en cuestión “estaba muy ebrio”, provocando que algunos espectadores locales “comenzasen a comportarse de manera agresiva con él”. “Los empleados del estadio intervinieron y permitieron a ese aficionado seguir, a pesar de su estado”, detalló el organismo.

UEFA no ha dado nunca como consigna a los empleados del estadio en Bakú que confisquen las banderas arcoíris

Lo que UEFA omite en su escrito es que instó a sus patrocinadores a no desplegar carteles ni piezas publicitarias con los colores arcoíris tanto en el estadio de Bakú (Azerbaiyán) como en Rusia, ante las posiciones homófobas de sendos países. El marco legal de ambos estados no permite expresiones en favor del colectivo LGTBI.

La postura de UEFA con sus decisiones finales es totalmente contradictoria. El máximo ente responsable del fútbol europeo ya resaltó que la bandera arcoíris “representa los valores centrales de la UEFA y promueve todo en lo que creemos”. No obstante, afirmaron que aún estaba abierta la investigación de los hechos mientras informaba de que la bandera fue devuelta a sus legítimos dueños.