El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, ha sido la estrella de las nuevas jornadas de declaraciones del caso Tándem en las que se investiga el presunto espionaje al presidente de ACS, Florentino Pérez, así como a otros empresarios y sindicalistas. Sánchez Galán, que ha declarado como imputado, se ha presentado a si mismo como la víctima y ha asegurado al juez que “yo fui el espiado y debería investigarse”. Y sobre los contratos ha afirmado "Ni ordené, ni autoricé, ni conocí nada".

Al declarar que él es la víctima, Sánchez Galán ha hablado de un supuesto espionaje realizado por Villerejo durante un viaje a Zamora. Eso sí, en ningún momento ha vinculado esos hechos con Florentino Pérez. El magistrado instructor, Manuel García-Castellón, tras escuchar esto le ha respondido que, en ese caso, lo que tiene que hacer es denunciarlo ante él y presentarse como acusación.

Pero no sólo se ha desvinculado de cualquier irregularidad que se pudiera haber cometido desde la entidad que dirige, que supuestamente contrató a Cenyt, la empresa del excomisario, José Manuel Villarejo, sino que ha llegado a decir: “Me parecería inadmisible que se hubiera espiado a Florentino Pérez”.

Sánchez Gálan también ha dicho que él está en la cúspide y que cada departamento decide lo suyo, que cada empresa tiene su consejo de dirección, y que él se encarga de la estrategia, de supervisar la estrategia y de buscar inversiones. Preguntado sobre quién contrató a Villarejo ha respondido que “habrá que preguntarle a Asenjo”, en referencia al exjefe de seguridad de la entidad, Antonio Asenjo.

Sobre Asenjo ha asegurado que “hizo una contratación indebida porque ya había despido previo y se le echó una empresa” ha sido en ese momento cuando le han preguntado que cuál fue el motivo entonces para que le invitara a su casa si ya había sido despedido, a lo que Sánchez Galán ha respondido diciendo que “es una costumbre mía, recibo a mucha gente”.

El juez le ha leído las conversaciones de Asenjo con Villarejo donde se habla de él con apodos como “el jefe” o “el señorito”. Sin embargo, Sánchez Galán ha salido por la tangente aseverando que él no sabe nada de esas conversaciones.

Antes de Sánchez Galán ha sido el turno del hombre de confianza del presidente de Iberdrola y consejero de El Corte Inglés, Fernando Becker, quién ha diferencia de su jefe que solo ha contestado a la Fiscalía Anticorrupción, a la Abogacía del Estado y al juez, Manuel García-Castellón, sí que ha respondido a las preguntas de todas las partes. Al igual que Sánchez Galán, Becker, también ha negado cualquier conocimiento sobre los contratos con Cenyt o el presunto espionaje llevado a cabo desde la entidad.

Respecto a José Antonio del Olmo, exdirector de control corporativo y principal testigo contra Ignacio Sánchez Galán, que consignó las facturas de las empresas de Villarejo en una notaría, el presidente ha declarado que, lo que Olmo debería haber hecho es comunicarlo a sus superiores, o bien utilizar el buzón anónimo para este tipo de denuncias que la empresa tiene a disposición de los trabajadores. Galán se ha preguntado cómo es posible que en 14 años no utilizara ninguno de estos sistemas ni lo denunciara antes.