El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, no quiere enfrentarse a la prensa ni fotografías incómodas, y ha solicitado declarar como imputado en el caso Tándem por videoconferencia. La excusa que ha utilizado es la alta incidencia de coronavirus y su edad. Esta excusa no es nueva, es la misma que usaron los expresidentes del Gobierno Mariano Rajoy y José María Aznar para evitar enfrentarse a los medios en el juicio de la caja B del PP.

El magistrado instructor de la causa, el juez Manuel García-Castellón, pedirá la opinión de la Fiscalía Anticorrupción antes de tomar cualquier decisión. Sin embargo, esto deberá hacerse rápido, pues Sánchez Galán esta citado como presunto autor de los delitos de cohecho activo, contra la intimidad de las personas y falsedad en documento mercantil el próximo martes 18.

Según el juez, tanto Sánchez Galán como el resto de citados la semana que viene, el número dos de la eléctrica, Francisco Martínez Córcoles, el exconsejero delegado de Iberdrola España, Fernando Becker, y el exjefe del Gabinete de Presidencia, Rafael Orbegozo, contrataron al comisario jubilado, José Manuel Villarejo para espiar a sus adversarios empresariales y políticos.

El escrito

En su escrito, adelantado por El Confidencial, el presidente de Iberdrola alega que "La variante ómicron es la más divergente genéticamente de cuantas se han detectado durante la pandemia, lo que plantea una gran preocupación, al estar asociada con una reducción significativa en la efectividad de la vacuna y una mayor probabilidad de reinfecciones. El riesgo actual de diseminación de la variante ómicron en España se considera muy alto".

No es la primera vez que Ignacio Sánchez Galán trata de evitar enfrentarse a la prensa y, sobre todo, que quede testimonio gráfico de su entrada a una sede judicial como imputado. Ya en junio pasado, cuando se le imputó y citó por primera vez, sus abogados enviaron un escrito similar, con la salvedad de que hacían referencia a la variante delta del virus. En aquella ocasión todo quedó en el aire pues su defensa solicitó la nulidad de las actuaciones y hubo que esperar a que la Sala resolviera.

Según la investigación, el presidente de Iberdrola y el resto de investigados se saltaron los controles internos de la compañía para espiar a adversarios. La acusación se sustenta tanto en la documentación intervenida, así como por las grabaciones realizadas por Villarejo y que se encuentran en el juzgado de la Audiencia Nacional.