La negativa del Partido Popular a seguir con las negociaciones con el Gobierno para renovar el Consejo General del Poder Judicial tiene consecuencias, y muy graves. La principal de ellas es que, de no renovar el órgano de Gobierno de los jueces, el Tribunal Supremo está abocado al colapso. Sobre todo, las Salas de Lo Contencioso y de Lo Social. El pacto de renovación saltaba por los aires el jueves a las ocho y media de la tarde. El Partido Popular suspendía las negociaciones abiertas con el PSOE para la renovación del CGPJ a expensas de que se comprometa a rectificar su compromiso de rebajar el delito de sedición. Una voladura que deja 'en la UCI' a la Justicia por falta de jueces.

El Tribunal Supremo

Actualmente, en el Alto Tribunal hay vacantes 17 plazas, 18 en diciembre, lo que supone cerca de un 20 por ciento del total de las plazas (79). Aunque, especialmente sangrante es la situación de Lo Contencioso y Social. De hecho, en Contencioso tienen que 'echar mano' en algunas secciones, de sus compañeros de la Sala de Admisiones para evitar quedarse sin quorum, lo que implicaría no poder emitir resoluciones, con el detrimento que supone para los ciudadanos que acuden a esta jurisdicción. Y en Social, tras la última jubilación se han quedado solo ocho magistrados: cuatro y cuatro, con lo que no pueden tener ese quorum necesario.

Aunque el Supremo está en la cuerda floja, la problemática de la falta de magistrados no solo afecta a este tribunal. Actualmente hay por cubrir 67 plazas de magistrados en toda España, además de conseguir llegar a un acuerdo para las dos plazas del Tribunal Constitucional que dependen del órgano de Gobierno de los jueces.

Como ya adelantó Elplural.com, desde el CGPJ se calcula que tardarán un año y medio en conseguir cubrir todas las plazas pendientes una vez sea renovado. Un número de plazas que sigue aumentando por la negativa del PP para alcanzar un acuerdo. El tiempo de año y medio se ha calculado teniendo en cuenta que, para cada una de esas plazas hay que abrir un plazo, realizar entrevistas de los candidatos y, por último, someter a votación cada una de las plazas.

La nueva negativa de los populares tiene otro efecto adverso, y es la percepción de politización de la Justicia que tienen los españoles después de ver como los principales partidos se han tirado los trastos a la cabeza durante cuatro años generando así una imagen de politización difícil de corregir.

La politización

Una imagen de politización que según el PP quiere eliminar, pero que no duda en fomentar con cada uno de los pasos que van dando. El último, el dado este mismo jueves donde, como explicaba este periódico, el PP se echaba atrás con un acuerdo prácticamente cerrado y, donde hasta la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso metía baza. El viernes, El Periódico de Catalunya publicaba que llamó a Feijóo para pedirle que no pactara el CGPJ con Pedro Sánchez.

Un hecho que debería ser inaudito en un partido que se le llena la boca diciendo que quiere acabar con la politización de la Justicia, pero que no duda en bloquear el nombramiento del CGPJ cuando los números no le salen o, lo que es lo mismo, cuando sabe que no va a poder controlar el órgano de Gobierno de los jueces.