El Tribunal Supremo ha ordenado a la Audiencia Nacional, y en concreto al juez Fernando Andreu, asumir todas las denuncias por estafa que presenten los afectados de preferentes contra Bankia. El TS entiende que no se puede restringir la investigación de la AN al diseño de estos productos, sino también a su venta. De este modo, no serán los juzgados territoriales los que deberán hacerse cargo de estas denuncias, como venía ocurriendo hasta ahora después de que el juez Andreu excluyese de su investigación el proceso de venta de las preferentes.

Debe ir todo junto
Para el Supremo, la intervención de los empleados de cada sucursal en la venta de preferentes "tiene un carácter fraccionario enmarcado en un comportamiento más amplio de la entidad, que debe valorarse desde antes de la relación directa con el cliente, a partir del diseño mismo del producto, cuya venta se pretende calificar de estafa". La venta y el diseño de las preferentes deben juzgarse conjuntamente con el objetivo de, según fuente jurídicas, tratar de evitar una hipotética disparidad de criterios en el asunto, que pueda conllevar, por ejemplo, que los máximos responsables que idearon las elaboraron sean absueltos y los directores y trabajadores de las oficinas que las recomendaron o colocaron al cliente sean condenados.

En la causa por el diseño de las preferentes está imputada la cúpula de las cajas que formaron Bankia, entre ellos el expresidente de Caja Madrid, Miguel Belsa, el expresidente de la CEOE Gerardo Díaz Ferrán; los exconsejeros Gonzalo Martín Pascual, Jesús Pedroche, Rodolfo Benito, José Manuel Fernández-Norniella y José María Arteta -todos ellos imputados también por las "black"-, entre otros.

Desde un pueblo madrileño
Fue un juez de la localidad de Majadahonda el que pensó que no era competente ante una denuncia de dos afectados por preferentes porque ésta se dirigía contra los administradores de Caja Madrid, a los que investiga Andreu en una pieza separada del "caso Bankia" en la que hay 4.000 preferentistas personados. El Supremo le ha respondido que la denuncia no se circunscribe a los consejos que recibieron los denunciantes de los empleados de la oficina, "sino a la naturaleza misma del producto bancario", de cuya existencia supieron por una carta que les remitió Bankia la cual acompaña la denuncia y no tiene firma.